Prohiben el transito en motocicletas en Manta
Llegaron en avalancha. Eran más de veinte. “Armados con revólveres y arriesgando sus vidas” se adentraron en el inmueble, a punto de colapsar, y arramplaron con todos los objetos de valor.
Llegaron en avalancha. Eran más de veinte. “Armados con revólveres y arriesgando sus vidas” se adentraron en el inmueble, a punto de colapsar, y arramplaron con todos los objetos de valor: aparatos de aire acondicionado, computadoras, libros, colchones, medicinas, instrumental médico...
Impotente, Miguel Andrade, propietario de la Clínica de Manta, contempló el desastre. Solo la aparición de cinco marinos disuadió a los malhechores, que huyeron a la carrera. Llevaban toda la semana cebándose con su negocio.
El empresario se abrazó a su hijo y rompió a llorar cuando, el pasado viernes, empezó la demolición de los cuatro bloques que componían la casa de salud, fundada en 1985 en el sector de Tarqui, Manta. El día del terremoto, en el edificio había unos trece pacientes a los que lograron evacuar.
Pero ese día se sentía incapaz de cuantificar las pérdidas por el sismo. No dejaba de preguntarse qué ocurriría a partir de ahora con sus 25 trabajadores. “Quienes trataban de impedir los robos eran amenazados”, explicó el hombre.
Los saqueos en Manta no son episodios aislados. Y, a menudo, los criminales operan en varias motos. “La Policía Nacional me ha dicho que cuando ven dos juntas, las paran. Hoy había seis u ocho”, certificó el afectado. Tanto es así que el Comité de Operaciones de Emergencia (COE), a través de la Policía Nacional, lanzó el pasado viernes una disposición muy reveladora. En ella anunciaba que “ante el estado de excepción y con la finalidad de precautelar la seguridad de la ciudadanía en este tiempo de tensión”, se prohíbe la circulación de motocicletas en la ciudad manabita entre las 21:00 y las 06:00.
Andrade aseguró que “muchos” vecinos y propietarios de negocios se encuentran en la misma situación que él.
Un militar que prefirió no revelar su nombre afirmó que su objetivo era frenar los robos y dar “tranquilidad” a personas como Andrade. “Nuestra presencia ha hecho que se marchen en este caso. Nos han tocado más escenas similares. Es un trabajo duro, pero estamos aquí para eso”. GM