A proposito de un juicio real
U n cierto juicio real que se celebra en Mallorca me recuerda el famoso “Los ladrones somos gente honrada” de Jardiel Poncela. Solo que aquí la enamorada es la doncella, y el hombre solo se convierte en ladrón después, tentado por la soberana riqueza del suegro. Pero ella, inocente, loca de amor como la regia Juana por Felipe el Hermoso, sigue confiando en su marido, un deportista muy cachas que vale más que un reino. Incluso cuando le pregunta el juez cuántos hijos tiene, responde que esos temas los lleva su marido, según comenta un diario capitalino. Detalles plebeyos aparte, la romántica historia de amor se repite, y al por mayor.