La protesta, condicionada a contagios y festividades

Una nueva razón para posponer. Las organizaciones sociales y sindicales siguen sumando motivos para retomar las acciones de protesta y movilización en contra del Gobierno, aunque algunos temas parecen no conectar con las inquietudes que tiene la población.

A sus ya conocidas banderas de lucha en contra del incremento del precio de los combustibles, o la oposición a la creación de un Código Laboral paralelo al actual, ahora se enfocan en la supuesta injerencia del Ejecutivo en la pugna por controlar al Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS).

Esto, mientras en ciudades como Guayaquil y Quito, según la última encuesta de Click Report, los consultados consideran que el mayor problema que enfrentan es la inseguridad, sin dejar de lado el desempleo y la crisis económica. La falta de medicinas en el sector público es latente. Solo dos de cada diez encuestados calificó como buena la gestión del CPCCS que ahora entra en la agenda de la lucha de las organizaciones, aunque muchos ciudadanos preferirían que desaparezca del organigrama del Estado.

Por ahora, los sindicalistas analizan fechas para volver a las calles con informes epidemiológicos y, sobre todo, con calendario en mano. Los contagios por COVID-19, que fue el último motivo de suspensión de las jornadas de protesta, están bajando.

Sin embargo, consideran que aún no es buen momento para hablar de una gran movilización, porque se acerca el carnaval. En noviembre de 2020, la conmemoración del Día de Difuntos, primero, y luego las festividades de Navidad y fin de año también frenaron las protestas.

¿Los sindicalistas están desconectados en temas y tiempos con los ciudadanos? No, dice Nelson Erazo, presidente del Frente Popular. Asegura que los recorridos en provincias no han parado en estos meses con el objetivo de recoger las preocupaciones de los ciudadanos.

“Evidentemente, la gente nos habla de la inseguridad y el sicariato. De su malestar por el crecimiento de la delincuencia y de la necesidad de frenar esta situación. La única forma es con la organización y la lucha de los trabajadores por mejorar las condiciones laborales. Pero no podemos dejar de lado el asalto al Consejo de Participación Ciudadana por parte del Gobierno”, señaló.

Los aplazamientos constantes también podrían estar afectando. En el ambiente, no se siente una conexión del ciudadano común con las intenciones de protesta de organizaciones como el Frente Unitario de Trabajadores (FUT) o la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie).

Esto no es compartido por José Villavicencio, presidente de Unión General de Trabajadores del Ecuador (UGTE), quien dice que posponer por razones por demás justificadas las protestas les ha dado tiempo para fortalecerse.

“En las calles se siente el malestar porque van nueve meses de Gobierno y los problemas no se resuelven y, por lo contrario, el panorama se hace cada vez más difícil para los ecuatorianos. Quién no se puede conectar con el reclamo justo de los trabajadores”, cuestionó.

Esta semana se prevé que se definan las fechas de una movilización nacional, que no se dará sino después de carnaval, es decir, el mes próximo.