La protesta que siguió un libreto desde fuera
En Chile, Colombia y Brasil se han usado proyecciones para atizar el descontento social
Era octubre de 2019 y una serie de movimientos populares se volcaron a las calles en contra del presidente Sebastián Piñera y protagonizaron el denominado “despertar chileno”. En junio de 2021, los colombianos marcharon en contra de Iván Duque por las reformas tributarias. En Ecuador, en los últimos tres años, se han realizado dos masivas protestas lideradas por indígenas, quienes dicen luchar, principalmente, contra el aumento del costo de la gasolina.
En Chile, Colombia y Ecuador, la oposición ha aplicado un libreto, dice Ramiro Rivera, analista político. Han seguido el manual de las protestas de colores, cuyo objetivo es tomar el poder. Trenes y edificios quemados. Vandalismo, uso de armas artesanales y explosivos, apoyo de organizaciones que supuestamente defienden los derechos humanos, además del uso de medios de comunicación digitales y técnicas de propaganda para atomizar a la sociedad.
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Leer másEl 22 de junio en la González Suárez, en Quito, aparecieron proyecciones sobre la pared de un edificio. Las frases decían: “Lasso tiene 144 propiedades en Miami para evadir impuestos en Ecuador” o “El 80 % de tu alimentación es producida por campesinos”.
Unos días antes, en otro edificio de la capital aparecían otras proyecciones con los rostros de Guillermo Lasso, María Paula Romo, Lenín Moreno y el periodista Alfonso Espinosa de los Monteros. Los mensajes que acompañaban eran insultos, que Fundamedios calificó como “discurso de odio”.
Las proyecciones se han usado en todas las protestas latinoamericanas y sus creadores dicen que son “una forma de resistencia a través del arte”.
En Chile, el colectivo Delight Lab hizo una serie de proyecciones, como por ejemplo en la fachada del Congreso de ese país. En Brasil, Projetemos ha usado el arte urbano en mensajes contra Jair Bolsonaro. En Colombia, el grupo Streetdente también ha participado de estas técnicas.
En Ecuador, el grupo Pensemos Colectivamente se ha adjudicado la autoría de las proyecciones. “Difundir información sobre las condiciones de vida de las mayorías para entender las razones para la movilización y la protesta social”, defiende el colectivo, que también se encargó de elaborar y pegar afiches en las paredes.
Este grupo de artistas elaboró en 2020 el mural afuera de la sede de la Conaie. Su respaldo en el paro, decía, es porque “esta lucha no es de ellos, esta es una lucha de todos”.
Lejos de ser actos espontáneos, la protesta y todas las formas de comunicación siguen el mismo libreto aplicado en otros países, donde dichos colectivos están dispuestos a liquidar el ordenamiento jurídico, se encuentran bien provistos de ayuda exterior y levantan la bandera de un supuesto respaldo popular, además de que son presentados favorablemente en medios extranjeros y resultan bendecidos por el reconocimiento de países a los que agrada el golpe.
Nicolás Maduro,de Venezuela, Pedro Castillo, de Perú, Gustavo Petro, de Colombia, Evo Morales, de Bolivia, y hasta políticos españoles de Podemos respaldaron el paro y el segundo intento de golpe de Estado en Ecuador.
- 18 días duró el paro, en el que se movilizaron más de 20.000 cada día, solamente en Quito.