Protestas en Archidona: pese a las pérdidas, en Napo luchan contra megacárcel
El 12 de diciembre de 2024, la denominada resistencia llegó hasta la Gobernación de Napo para desconocer al gobernador
Armados con lanzas, carteles y una decisión de seguir en resistencia, hombres y mujeres de los pueblos y nacionalidades indígenas, organizaciones sociales y sectores populares de la Amazonía asumieron la custodia del edificio de la Gobernación de Napo.
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Todo pasó la noche del jueves 12 de diciembre de 2024. El gentío burló el vallado policial y desconoció al gobernador Ney Rivadeneyra.
Los policías también retrocedieron y evitaron enfrentamientos. La protesta, que ya suma 12 días, busca frenar la construcción de una megacárcel de máxima seguridad al estilo Bukele en las 24 hectáreas que ocupa la actual prisión.
Para los manifestantes, esta obra que costará alrededor de 52 millones de dólares no solo amenaza sus territorios ancestrales, sino también la paz de comunidades que ya enfrentan múltiples carencias.
La provincia de Napo ha sido escenario de intensas protestas lideradas por comunidades indígenas y organizaciones sociales que rechazan la construcción de un nuevo centro carcelario en Archidona.
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El rechazo al proyecto carcelario
La cárcel actual, ubicada entre los barrios Santa Elena y Barrio Lindo, ha sido motivo de quejas desde hace años. A solo cinco minutos del centro urbano de Archidona, está rodeada por cuatro instituciones educativas, obligando a estudiantes y vecinos a transitar por una zona resguardada por policías y guías penitenciarios.
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Sin embargo, el anuncio del gobierno de Daniel Noboa de construir una nueva megacárcel en el lugar fue la chispa que encendió la indignación.
“Esta lucha no es solo por Archidona, es por toda la Amazonía y el respeto a nuestros territorios ancestrales”, expresó Zenaida Yasacama, presidenta encargada de la CONAIE, durante la Asamblea Amazónica realizada en el Pueblo Kichwa de Rukullakta (PKR).
En esta reunión, autoridades locales como la alcaldesa Amada Grefa y el prefecto José Toapanta, junto con representantes de la CONAIE, CONFENIAE y líderes comunitarios, resolvieron radicalizar las medidas.
Entre las acciones destacan seguir con los bloqueos en las vías hacia Tena, Papallacta y el Puyo, así como la convocatoria a un levantamiento popular nacional.
Impacto en la vida cotidiana
Los bloqueos han aislado a Tena y Archidona del resto del país, afectando el suministro de bienes básicos y paralizando la economía local.
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“Pensábamos recuperar algo en este mes, pero este paro nos perjudica más. Sin embargo, una cárcel sería una afectación a largo plazo”, comentó Luis Quille, comerciante del mercado de Archidona.
Pese a las dificultades, la solidaridad comunitaria se ha hecho sentir. Mingas organizadas por los propios manifestantes han garantizado alimentos y medicinas para quienes están unidos en la resistencia.
En las ciudades de Tena y Archidona, en la región amazónica de Napo, los días transcurren entre el paro en contra de la construcción de una megacárcel y constantes apagones, que sumergen a la zona en la oscuridad.
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Medidas radicales y un llamado a la unidad
Entre las resoluciones adoptadas por la Asamblea Amazónica destacan:
- Declarar el terreno destinado para la cárcel como territorio ancestral de los pueblos y nacionalidades indígenas.
- Tomar pozos petroleros y la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair como medidas de presión. Y organizar una marcha hacia Quito para exigir la suspensión del proyecto.
“Este proyecto no solo afecta a Archidona, sino a toda la región amazónica, ya golpeada por el abandono en salud, educación y vialidad”, señaló José Esach, presidente de la CONFENIAE.
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Mientras tanto, la Gobernación de Napo sigue bajo custodia de la guardia comunitaria, que realiza cambios de turno al ritmo de cantos y oraciones.
“No daremos un paso atrás. Esta es nuestra tierra y la defenderemos con todo lo que tenemos”, afirmó Alicia Grefa, kuraca encargada del PKR.
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