
La próxima Asamblea Nacional será el 'estreno' político de 20 jóvenes, ¿quiénes son?
ADN tiene la mayoría de los legisladores menores de 30 años. Eso no implica una renovación de la política
En la próxima Asamblea no solo aumentará el número de legisladores, sino que también se registrará un récord de asambleístas jóvenes. En total, hay 20 parlamentarios de entre 19 y 30 años, la mayoría provenientes del movimiento ADN. ¿Representa esto un verdadero cambio generacional o es una maniobra electoral?
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El Legislativo es el epicentro de la disputa política en el país. En él convergen las fuerzas políticas que compiten por espacios de poder. No es solo un lugar para aprobar leyes, sino también un escenario donde el manejo político juega un papel clave y en el que algunos tienen más experiencia que otros.
Uno de los casos más llamativos es el del legislador electo Dominique Serrano. Con apenas 19 años, fue elegido por la circunscripción 2 de Pichincha, es decir, obtuvo su curul con el respaldo del centro-sur de Quito. Representa al movimiento ADN y, como era de esperarse por su edad, no cuenta aún con un título universitario.
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Los jóvenes asambleístas representan el 13% de la nueva Asamblea. De ellos, 17 pertenecen a ADN, mientras que dos son de la Revolución Ciudadana y uno, de 30 años, del Partido Social Cristiano (PSC).
Otro dato relevante es que siete de estos legisladores no registran un título universitario en la Secretaría de Educación Superior (Senescyt), aunque tres poseen títulos de cuarto nivel. La mayoría de los que sí tienen formación académica son abogados, aunque también hay un economista y un ingeniero en administración pública.

Algunos asambleístas electos tiene pasado político
La Constitución establece tres requisitos para ser asambleísta: tener al menos 18 años, ser ecuatoriano y gozar de derechos políticos. Además, el Código de la Democracia contempla incentivos para los partidos y movimientos políticos que incluyan jóvenes en sus listas.
Para el analista político Daniel Crespo, la presencia de nuevas generaciones en los partidos no es algo inusual. Sin embargo, señala que estos relevos suelen darse entre políticos de mediana edad y jóvenes con cierto grado de experiencia en política.
“Normalmente, a esos cuadros más jóvenes se los espera ver primero como concejales, consejeros provinciales o en cargos directivos de nivel bajo o medio dentro de un partido”, explica Crespo.
El presidente-candidato Daniel Noboa plantea a Riobamba, en la provincia de Chimborazo, como la sede de su anunciada Asamblea Constituyente, en caso de ganar la segunda vuelta electoral.
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Sin embargo, este no es el caso de la mayoría de los electos, aunque algunos sí tienen antecedentes en la función pública o en la misma Asamblea.
Por ejemplo, Valentina Centeno, con 28 años, ya fue jefa de bloque del oficialista ADN en la Asamblea actual. Fue elegida en las elecciones anticipadas de 2023 y ahora iniciará su primer período completo por los próximos cuatro años.
Lo mismo ocurre con Nathaly Farinango, quien actualmente preside la Comisión de Régimen Económico. En su mesa se debatieron proyectos económicos urgentes del Gobierno, entre ellos la Ley para el Combate del Lavado de Activos mediante la Mejora Recaudatoria. Ese proyecto fue archivado en primer debate y generó un enfrentamiento directo entre el Legislativo y el Ejecutivo que escaló a la Corte Constitucional, tras un pedido de la presidenta del Parlamento Viviana Veloz.
En la Revolución Ciudadana también hay casos similares. Jhairen Noriega inició su trayectoria en la Asamblea como suplente del exparlamentario y actual alcalde de Quito, Pabel Muñoz. Llegó por su cuenta en 2023 y ahora permanecerá un período más en el Legislativo.

La juventud no implica un cambio generacional
Sin embargo, hay otro grupo de jóvenes legisladores cuya experiencia en política y conocimiento sobre la gestión pública es incierto. Esto cobra relevancia porque la nueva Asamblea estará altamente polarizada. ADN y el correísmo intentarán neutralizarse mutuamente, ya que ninguno cuenta con una mayoría absoluta, lo que hará que la capacidad de maniobra política sea crucial.
Para el experto en Derecho Parlamentario Pedro Cornejo, la falta de experiencia en la función pública podría generar ciertas dificultades. “Esto podría traducirse en una baja participación o en la falta de aportes sustanciales en iniciativas legislativas”, advierte.
El jurista Miguel Molina, por su parte, explica que los movimientos políticos apuestan por los jóvenes porque la sociedad, tras el desgaste de la clase política tradicional, busca nuevas figuras “no contaminadas”.
La disputa por fiscalizar los casos en los que está involucrado el Gobierno de Daniel Noboa continúa en la Asamblea. La Comisión de Seguridad respondió a la mesa de Justicia sobre el proceso de fiscalización de la compra de chalecos de las FF.AA.
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“Esa idea, muy influyente en América Latina, ha tenido un alto costo para las democracias, pues ha relegado la experiencia y la profesionalización del político”, señala Molina.
Así, la pregunta inicial sigue en el aire: ¿se trata de un verdadero cambio generacional? Crespo ofrece una perspectiva al respecto: “No estamos realmente ante un cambio generacional, sino ante la idea de que la política se renueva en función de la edad, y eso es algo distinto”. Según el analista, esto no implica necesariamente una transformación en la forma de hacer política en el país.
Los próximo cuatro serán el bautizo de estos asambleístas. Su paso determinará si estuvieron capacitados o no.
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