Mansión de Overtoun en Escocia.

El puente de los perros suicidas

Durante más de cincuenta años, los perros que cruzan este puente sienten el inexplicable deseo de lanzarse al vacío.

El puente de Overtoun en Milton Town, Escocia, es una obra victoriana del siglo XIX que se eleva sobre un paraje histórico con tres arcos flanqueados y de estilo clásico. Sin embargo, su fama va más allá de su valor arquitectónico. Este puente es principalmente famoso por la cantidad de perros que han muerto al saltar inexplicable y voluntariamente hacia el abismo.

Los suicidios caninos se han registrado desde hace más de cincuenta años. A pesar de que al principio no se llevaba un registro formal, las autoridades locales indican que el inexplicable fenómeno ha llevado a unos 600 perros a saltar.

Es un hecho que hasta ahora no tiene una clara explicación. Simplemente los canes llegan hasta el sitio y buscan saltar. Sobre el fenómeno existen varias teorías que intentan explicar este comportamiento ‘Kamikazee’.

El origen de los primeros saltos se remonta a principio de los años 60, cuando los testigos empezaron a reportar lo que estaba ocurriendo. Los perros simplemente corrían hacia el centro del puente y saltaban por encima de las barandas sin detenerse para observar el otro lado.

La historia cuenta que en 1859, un burgués terrateniente adquirió unos terrenos a las afueras del pueblo para construir su mansión. Para acceder a la villa había que cruzar el río Clyde. Es así como ordenó la construcción del puente.

Para 1947 la mansión se transformó en casa de reposo para soldados heridos y un año más tarde fue parcialmente destruida por un incendio. Esta relación con enfermedades, tragedia y muerte dio vida a la idea de que las energías de los soldados heridos y de lo ocurrido durante el incendio se quedaron impregnadas en el lugar.

La tradición cuenta que los perros, que tienen una especie de sexto sentido, pueden percibir el dolor de esos hombres y de quienes estuvieron en ese siniestro.

Esta leyenda llamó la atención de las autoridades y varios investigadores que intentaron explicar los sucesos con argumentos científicos.

El Dr. Sands, encargado de la investigación, constató que no todos los perros sufrían la llamada del suicidio. Encontró un factor en común en ciertas razas: Labradores, Collies y Golden Retrievers. Y coincidencialmente, todos conocidos por tener un olfato extremadamente desarrollado. Pero, había que encontrar la causa, buscar un olor desconcertante proveniente de alguna planta o algún lugar.

Luego de cientos de pruebas, Sands constató que los supuestos suicidios comenzaron durante los mismos años en los que se produjo la invasión de visón americano en la zona. Estos animales tienen en el ano unas glándulas que segregan una sustancia muy poderosa que vuelve ‘locos’ a los perros.

La zona del puente, hábitat de los visones, es un cauce muy cerrado y carente de corrientes lo que hace que la sustancia se conserve mejor y atraiga de repente a los canes que cruzan el puente.

Aunque hay quienes prefieren aferrarse a la versión menos científica con el fin de mantener vivos los mitos locales. Con el fin de prevenir más lamentaciones, han colocado un letrero a la entrada del puente que advierte a los dueños sobre conductas suicidas de los perros que lo atraviesan.