Puerto El Morro sin delfines y otros impactos del dragado
Hay baja producción de pesca y cangrejo en la zona y, en la isla Puná, el mar está alterado hace semanas. Las comunidades sufren perjuicios económicos.
Al profundizarse el área cercana a Puerto El Morro con los trabajos de dragado para la construcción del Puerto de Aguas Profundas, es probable que haya desaparecido el área de alimentación de los delfines, advierte el biólogo y experto en manglar Bruno Yánez, asesor ambiental de la Asociación de Lancheros Los Punaes y quien realizó junto con ellos los monitoreos de turbidez del agua durante todo el dragado (210 días aproximadamente).
La explicación del experto llega luego de que EXPRESO fuese informado por la comunidad sobre la ausencia de estos cetáceos de las zonas tradicionales donde podían ser avistados durante todo el año, efecto que ya causa repercusiones en los ingresos económicos de este sector, que vive esencialmente del turismo, la pesca y la captura de cangrejos.
Así lo confirma Álex Escalante, presidente de la Asociación Socioambiental Ecoclub Los Delfines, sentado en una sala de reuniones del club y rodeado de silencio, algo común en el área estos días. Hace varias semanas se redujo el número de visitantes, a propósito de que cada vez es más difícil ver a los animales que representan su principal atractivo turístico.
El sector donde se avistaban los delfines con marea alta llegaba a los ocho metros de profundidad, pero hoy, por el dragado, allí hay quince metros. Los delfines normalmente nadan hasta los 2,5 metros hacia abajo, por eso es posible que hayan buscado nuevas áreas que les brinden condiciones para desarrollar sus actividades, explica el biólogo.
De 12 embarcaciones que trabajaban en Puerto El Morro los fines de semana, ahora solo se activan cuatro. Cada una tiene capacidad para 15 pasajeros, que pagan un pasaje de $ 5 por asiento. Si antes había ingresos de 200 dólares por día para cada bote, ahora logran apenas $ 40.
Yánez, sin embargo, asegura que hoy no hay evidencia de que los delfines han sido afectados físicamente o que han muerto. Es probable que, en cambio, estén buscando nuevas áreas para alimentarse. “El Ministerio del Ambiente debió prever estos eventos para no afectar a los delfines e identificar dónde podrían estar esas nuevas zonas de alimentación, para que los operadores turísticos se dirijan hacia allá”, recomienda el técnico.
EXPRESO solicitó al Ministerio del Ambiente, que concedió el permiso de la obra, información sobre este y otros efectos negativos que traería la construcción del nuevo puerto, pero no hubo respuesta.
En febrero pasado, los abogados Xavier Flores Aguirre y Wladimir Tene Sotomayor presentaron ante la Corte Constitucional una acción de protección en donde se reclamaba a la institución actuar “una mínima diligencia en la protección de los derechos de la naturaleza” al otorgar la venia para la obra, pero la jueza Ángela Núñez rechazó el pedido ese mismo mes.
La producción pesquera y la cantidad de captura de cangrejos también pasan factura en Puerto El Morro, asegura el biólogo Andrés Anastacio, quien vive en el lugar. Si antes, en una jornada de captura, los cangrejeros regresaban con entre seis y ocho atados, ahora logran solo uno o dos. Cuestan entre 10 y 15 dólares. Esta pérdida se suma a que los cangrejeros no tienen embarcaciones propias y deben alquilarlas.
Al respecto, Yánez responde que el proyecto del Puerto de Aguas Profundas no tiene una implicación directa con el estuario. El cangrejo es de manglar y en el mayor tramo que se realizó este dragado se lo hizo en el mar. Cree que la causa está en el dragado de Los Goles. Se refiere al trabajo que se hizo para destruir una enorme roca con lo que se aumentó la profundidad del canal de acceso al Puerto de Guayaquil.
Ese dragado, contratado por el Municipio local, va de Los Goles hacia el puerto marítimo en el sur de la ciudad, y tiene zonas extensas de manglar. “Al profundizarse el canal con la maquinaria, se desplaza el sedimento que es donde el crustáceo construye su cueva, esto hace que disminuya la población”, explica.
No es la única población afectada. La comunidad de Bellavista, en la vecina isla Puná, visitada por EXPRESO para este trabajo, notificó a través de su vicepresidente comunal Orlando Palma, que la playa de Subida Alta ha sufrido impactos de olas fuertes, que incluso lograron dañar algunas cabañas. “Cada vez vienen menos turistas porque la arena se acumula en la orilla. Ni siquiera las lanchas pueden acoderar allí adecuadamente”.
Yánez explica que al existir un canal con mucha más profundidad, hay mucha más corriente y más agua. Y confirma que antes las olas rompían en los bajos y ahora lo hacen en la playa. Para eso se pueden crear murales de amortiguación”, añade.
Cauchiche y Bellavista, de esa zona, limitan con el sitio que es el botadero de los sedimentos dragados, precisa el biólogo. Con el tránsito de embarcaciones de gran calado, allí se producirá mayor oleaje sobre las playas. Ese es el desafío a corregir.
En marzo de 2018, Puerto El Morro lanzaba su voz de alerta ante el temor por la construcción del Puerto de Aguas Profundas. La obra, valorada en 2.000 millones de dólares, causaba recelo por el impacto ambiental y económico en la zona de 4.000 habitantes.
Hoy la pesadilla es una realidad. Se conoce que al menos 10,48 hectáreas de manglar, en la intersección con la construcción del Puerto de Aguas Profundas de Posorja, tendrán afectación. En un reportaje anterior, la empresa señaló que como parte del Programa de Mitigación y Remediación Ambiental se están sembrando plántulas de mangle rojo.