Puntero contra viento y marea
Sin sus zagueros centrales titulares y con dos de sus principales figuras expulsadas (Damián Díaz y Jonatan Álvez), Barcelona venció 0-1 a Deportivo Cuenca y se mantuvo como único puntero del campeonato nacional.
Hay partidos que consolidan campañas memorables en la ruta hacia un título. El disputado ayer, en el estadio Alejandro Serrano, podría ser uno de esos. Sin sus zagueros centrales titulares y con dos de sus principales figuras expulsadas (Damián Díaz y Jonatan Álvez), Barcelona venció 0-1 a Deportivo Cuenca y se mantuvo como único puntero del campeonato nacional.
Empujado por su numerosa hinchada -que le robó protagonismo a la barra local- el Ídolo ecuatoriano superó un flojo inicio, en el que los ‘morlacos’ intentaron imponer el ritmo de juego, presionando en todos los sectores de la cancha.
Antes de cumplirse los cinco minutos de juego, el arquero Máximo Banguera ya había pasado dos sustos con los remates de Raúl Becerra y Walter Chalá. Fueron las ocasiones más claras de las que dispuso el local, hasta que Damián Díaz, Matías Oyola, Mario Pineida y Jonatan Álvez comenzaron a hacer sentir su mayor calidad futbolística.
El gol del ‘Kitu’ Díaz, producto de una acción colectiva por la izquierda entre Osvaldo Minda, Pineida y Oyola, controló el ímpetu de los cuencanos. Desde ese momento Barcelona pasó a controlar las acciones, administrando la ventaja conseguida.
Todo le salía bien al equipo de Guillermo Almada, hasta que en el minuto 55 el árbitro Carlos Orbe expulsó a Díaz, aparentemente por excesos verbales del creativo amarillo.
Con un hombre menos, el cuadro guayaquileño se vio en la necesidad de replegar líneas, en su afán de asegurar los tres puntos que lo mantengan en la cima de la tabla. Sin embargo, aún faltaría algo más.
Álvez golpeó a Rubén Cangá y el juez central no dudó en mostrarle la segunda tarjeta amarilla.
El técnico Gabriel Cosenza vio allí la oportunidad para hacerle daño a los ‘canarios’ y realizó las modificaciones que consideró conveniente para tratar de derribar el muro amarillo que Almada ubicó frente a Banguera, sin renunciar a la posibilidad de aumentar la ventaja con los contragolpes de Tito Valencia y Erick Castillo, los hombres con los que refrescó a la ofensiva.
Con 24 puntos y sus escoltas perdiendo puntos, Barcelona ve cada vez más cerca la anhelada estrella 15. MGD