La quinta que rememora el amor de Bolívar y Manuelita
Cuenca tiene una casa museo dedicada al homenaje del Libertador. Hay una biblioteca con textos que hablan del histórico militar y político venezolano
La Quinta Bolívar es de dos plantas, tiene estructura de bahareque y adobe con diseño antiguo. Constituye el recuerdo de la visita del libertador Simón Bolívar a Cuenca. Fue el 16 de septiembre de 1822, cuando el militar y político venezolano y fundador de la Gran Colombia permaneció en la capital azuaya por una semana y pernoctó una noche con Manuelita Sáenz, su amor incondicional, según se reseña en la documentación que se expone en esta gran casona.
Está ubicada al suroeste de esta ciudad andina, junto al redondel de la avenida 24 de Mayo, en el margen derecho del río Yanuncay.
La edificación fue levantada en 1945 y está a escasos 150 metros del lugar donde quedó una casa con similares características a la actual, que en 1937 fue derribada y en la que se hospedó el histórico político venezolano. De esa casa antigua ya no existen vestigios.
Con la fachada de coloración amarilla, techo de teja, balcón de madera e ingreso adornado por ladrillos elaborados por artesanos morlacos, está dedicada a la promoción del pensamiento latinoamericano y a la memoria de Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco. Simón Bolívar, a secas.
Cuenta con una biblioteca de 4.223 textos dedicados al Libertador y bautizada con el nombre de ‘Manuelita Sáenz’. Su colección recoge libros que fueron heredados de Luis Cordero y donados por el fallecido exalcalde de la capital azuaya, Ricardo Muñoz Chávez, según lo que sustenta Jorge Carvajal, bibliotecario del local.
Está ubicada junto a una galería de arte y adornada con fotografías en blanco y negro de la Cuenca antigua.
Tiene seis ambientes sutilmente abrigados por árboles frutales y donde sobresale un viejo nogal, junto a sembríos de hierbas medicinales, rezagos de huertos caseros que la modernidad y la explotación del suelo han provocado su desaparición de los hogares cuencanos.
Esta casona tiene también una sala destinada para reuniones de autoridades locales y nacionales. Es ocupada eventualmente para sesiones oficiales de la Asamblea Nacional.
Están habilitados y al aire libre tres patios. Se los ha destinado a la realización de exposiciones artesanales y culturales. En este lugar y de manera gratuita los artesanos de la provincia llegan a promocionar los productos elaborados artísticamente.
Exhiben también objetos y utensilios que son parte de las tradiciones de sus territorios, como vestimentas y herramientas diversas. Todo esto, con “el fin de mantener viva la cultura y sus tradiciones”, remarca Jorge Carvajal.
Un homenaje al héroe
Los propietarios de la casona derribada eran doña María Castro de Izquierdo del Prado y Juan Izquierdo del Prado, que luego heredó a María Pía Izquierdo del Prado Castro y posteriormente a Benjamín Ramírez Arteaga, quien solicitó, por la vetustez de la infraestructura, la autorización municipal para derruirla. En 1945, en reconocimiento a la remembranza de Bolívar, se construye una nueva casa. Esta se construyó con materiales de la zona, entre ellos el barro y la madera. También se utilizaron algunos basamentos de la casa antigua y se rescató la placa original conmemorativa que se había colocado en honor al Libertador, constituyendo así la actual casa patrimonial municipal Quinta Bolívar.