La quinta revisión técnica vehicular es la última bala
Los quiteños tienen cuatro oportunidades para superar el examen. En caso de no lograrlo, necesitan un informe especial para presentarse una vez más
La revisión técnica vehicular, en Quito, puede volverse un suplicio. A la pelea por los turnos, las filas para cancelar los valores y la espera por los documentos habilitantes, se suma un obstáculo: cuando la máquina no recibe el visto bueno.
Los dueños tienen cuatro oportunidades para superar este examen dentro del proceso normal, pero hay la posibilidad de fallar en todas. Entonces, empieza un nuevo calvario, conocido por pocos.
Si no aprobó, independiente de la causa, el auto es castigado con un sticker de “prohibido circular en el Distrito Metropolitano de Quito”. Eso marca una carrera contra el tiempo porque tiene apenas siete días para arreglarlo.
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Leer másEn ese momento salta al primer plano el laboratorio del Centro de Transferencia Tecnológica para la Capacitación e Investigación de Control de Emisiones Vehiculares (CCICEV) de la Escuela Politécnica Nacional. Allá deben ir, de manera obligatoria, todos los autos.
En este laboratorio se analiza a detalle las causas por las que está fallando, se realiza una nueva prueba y, en caso de aprobarla, se emite un informe favorable para presentarlo en la Agencia Metropolitana de Tránsito. Solo allí el usuario puede obtener un nuevo turno para una quinta revisión.
Por ejemplo, Jhonatan de la Torre, dueño de un camión de transporte de alimentos, no pasó las revisiones por un desequilibrio en los frenos.
“Cuando llevé el camión a los mecánicos decían que solo era un tema de presión de un cilindro que hay los tambores, pero acá se detectó que era un problema de la rectificación de los tambores y la calidad de las zapatas”, comentó.
Después de seguir el consejo de los ingenieros de la Politécnica, superó los análisis. Solo le quedaba presentar el informe para sacar el nuevo turno. “Gasté como 800 dólares antes de saber qué mismo pasaba”.
Según el responsable técnico del laboratorio, Diego Lincango, no hay casos de autos que recibieron el visto bueno de ellos y que no aprobaron en la quinta. Pero sí han existido autos que no pudieron superar las pruebas en el laboratorio durante los siete días. Esos, de manera definitiva, ya no pueden circular en el Distrito Metropolitano.
Existen la opción de matricularlos en otros cantones, pero a Quito no deben volver. Si lo hacen, serán retenidos y deberán pagar multas elevadas y ascendentes.
En los siete días de plazo, tras el cuarto reprobado, los autos pueden presentarse al CCICEV de manera ilimitada. Claro, cada revisión tiene un costo que va desde los diez hasta los veinte dólares, dependiendo del análisis.
También existe la opción de ir antes de la primera revisión. “Podemos chequear los carros antes y ver si superarán la prueba desde el primer intento, no es necesario esperar hasta el último”, agregó Lincango.
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Leer másDos centros con más funciones
Hay dos laboratorios del CCICEV en Quito. Uno está ubicado en el centro norte, junto a la Escuela Politécnica Nacional, y el otro en San Bartolo, al sur.
Solo los dueños de los autos pueden presentarse a las pruebas. Antes iban hasta los mecánicos que calibran los gases fuera de los centros de revisión técnica vehicular.
Además de esta prueba para la quinta oportunidad, también se encarga de la evaluación de carrocerías en construcción a escala nacional, evaluación por cambio de tipo de servicio de los camiones, homologación de los vehículos que ingresarán al país.
Igual, hacen ensayos con motores sobre emisiones, aceleraciones, arranques en pendientes.
Otra de sus funciones es inspeccionar los vehículos para considerarlos clásicos. “Los autos que tengan más de 35 años y que sean originales, se les hace la evaluación, se emite el informe y con ello van a la Agencia Nacional de Tránsito para alcanzar esa categoría”, explicó Lincango.