Carlos Caicedo muestra uno de los pluviómetros del Inamhi, ubicado en el Bicentenario.
Carlos Caicedo muestra uno de los pluviómetros del Inamhi, ubicado en el Parque Bicentenario, en Quito.Ángelo Chamba/ EXPRESO

Quito afina la medición de lluvias con pluviómetros

El Inamhi tiene cinco estaciones, que se complementan con otras 40 de la Epmaps

Del 1 al 9 de marzo de este 2025, en Quito ya llovió el 80 por ciento de lo que se esperaba en todo el mes, comparado con lo ocurrido en el 2024. Eso le comentó Bolívar Erazo, director ejecutivo del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), a Patricia Carrillo, directora de Gestión de Riesgos de la Secretaría de Seguridad del Distrito.

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Durante el invierno los ciudadanos, más que nada quienes viven en zonas de riesgo ante inundaciones o deslaves, se preocupan por la cantidad de precipitaciones. En la ciudad, hay ‘ojos’ a cargo del monitoreo, tanto para el pronóstico del tiempo como para prevenir y reducir el impacto ante fenómenos naturales.

Los instrumentos para medir las precipitaciones

“La precipitación es la cantidad de lluvia que cae en forma líquida o sólida”, explica Carlos Caicedo, uno de los observadores del Inamhi. Explica que se mide en profundidad lineal y en determinada área. Para eso cuentan con instrumentos que registran los datos en milímetros. El más básico es un pluviómetro.

En la ciudad hay cinco estaciones del Inamhi: en Iñaquito, Bicentenario, Tumbaco, Lloa e Izopamba (Cutuglagua). Tienen instrumentos convencionales, de lectura manual, que requieren personal para recoger los datos registrados, cada tres horas; y automáticos, que transmiten la información en tiempo real, cada cinco minutos.

Israel Asimbaya, también técnico del Inamhi, además del pluviómetro muestra un pluviógrafo, que arroja un gráfico de la variación de las precipitaciones, y un heliógrafo, que es una esfera de cristal que capta la cantidad de luz del día.

La red de monitoreo

Esos datos se complementan con otros ubicados en 40 estaciones de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable (Epmaps); 36 de ellas reportan en tiempo real: 12 son climatológicas y 24, pluviométricas.

Todas integran la Red de Monitoreo Hidrometeorológico de la Epmaps, que ayuda a medir la cantidad de lluvia que cae en un sector específico y otras condiciones climáticas, para la gestión de emergencias. Las climatológicas registran datos sobre temperatura, humedad y viento. Las hidrológicas miden los niveles y caudales de los ríos. Y las pluviométricas, la cantidad de lluvia en distintos sectores.

Carrillo, directora de Gestión de Riesgos, dice que en el último año han integrado al Inamhi la información de su red y la del Fondo para la Protección del Agua, para que “mejoren la calidad de datos y pronósticos”.

Así, pese a que ha llovido más y se espera que eso se mantenga en abril, “han reducido drásticamente el impacto”. Con el pronóstico con una periodicidad más corta desarrollaron unas 3.600 intervenciones de mitigación, que constan en el Plan de Eventos Climáticos.

321 barrios, con mayor riesgo

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El Centro de Operaciones de Emergencia (COE) compara esos datos de pronósticos con su base de datos histórica de zonas donde se repiten inundaciones y movimientos de masas. Así tienen los niveles de susceptibilidad ante amenazas. En su análisis de riesgo identificaron que en Quito hay 321 barrios (de unos mil) donde podrían ocurrir esos casos.

Y los relacionaron con 112 quebradas, ya que, añade Carrillo, la amenaza con mayor prevalencia es la geológica. Han ubicado barrios que viven al filo de la quebrada y se ha coordinado con las diferentes empresas y secretarías municipales. A los vecinos de El Tejado, en La Comuna, por ejemplo, se los ha capacitado para que entiendan el pronóstico que envían desde el COE a un chat de WhatsApp masivo. Ellos los retroalimentan, contándoles que está lloviendo y si hay represamiento de material, etc.

Los pluviómetros de la ciudad están ubicados en las laderas del Pichincha, desde el Atacazo (sur) hasta Nono (norte). Con la información esperan que los ciudadanos sepan cómo reaccionar ante las alertas amarilla, verde, naranja o roja. Así no discutirán y entenderán que deben evacuar si la alerta es naranja, por ejemplo.

Carrillo recalca que ninguna quebrada es igual. El Tejado y Rumipamba están cerca, pero en la primera hay riesgo de aluviones, mientras que la otra presenta represamiento de agua o lodo. 

Desde las 06:30, analistas de pronóstico del Inamhi, como Javier Macas, visualizan los datos de las estaciones de Epmaps, entre otras, sobre temperatura mínima y máxima, humedad relativa, nubosidad, altura de nubes y cuánto ha llovido en las últimas 24 horas.

Sandra Torres, de la Dirección de Estudios del Inamhi, cita una investigación de su departamento que evidencia que en abril del 2024 hubo un récord de precipitaciones: registraron más de 250 milímetros en ese mes.

“La normal climatológica” entre 1981 y 2010 ha sido 206,9 milímetros en la estación Izobamba. En este marzo y abril, como confirmó Gestión de Riesgos del Municipio, esperan que esas cifras sean mayores.

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