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LUISA GONZALEZ CORREISMO
La candidata y presidenta de la Revolución Ciudadana, Luisa González.KARINA DEFAS/EXPRESO

¿Y si Rafael Correa no quiere que triunfe Luisa González? | Por Martín Pallares

Desde que está fugado, el expresidente ha lanzado mensajes que afectan a sus candidatos, en especial en segunda vuelta

Sin Correa no llegan a la segunda vuelta y con Correa no la ganan. Este axioma electoral o esta maldición correísta se refuerza aún más con mensajes como los que el prófugo pone en las redes sociales, donde destroza a sus más fieles e históricos cuadros. Lo hizo el miércoles 19 de febrero con Paola Cabezas, quizá la más fanática y estridente de sus cuadros. Ante unas declaraciones de Cabezas en las que la asambleísta dice que la bancada de la Revolución Ciudadana está dispuesta a escuchar la propuesta del Gobierno para permitir la entrada de militares de países amigos para combatir el narcotráfico, Correa respondió con un verdadero palazo. “Sería una barbaridad apoyar algo así. ¿Qué nos pasa? Además del insulto a nuestra fuerza pública y el asalto a nuestra soberanía, es otra irresponsable improvisación frente a la mentira del Plan Fénix. No se necesitan soldados extranjeros. Necesitamos GOBIERNO”, escribió Correa.

Este mensaje no es el primero ni el único en ese tenor. Hace pocos días le pegó otro palazo similar a Pabel Muñoz, alcalde de Quito y, asimismo, uno de sus más devotos operadores. En su mensaje, Correa se mostraba indignado de que el Municipio de Muñoz haya contratado como asesor de la empresa de Hábitat y Vivienda a Carlos Riofrío González, excontralor. “¿Este no fue el contralor chimbo nombrado subrogante desde la cárcel por el corrupto de Celi y que se prestó a todo y fue parte de la persecución? ¡Duro de creer! ¡Qué cosas!”, publicó Correa, que cerró el mensaje con la etiqueta de #LosCorruptosSiempreFueronEllos, sin dejar muy en claro a quién estaba dedicada la etiqueta. ¿Se refería a Pabel Muñoz, su tecnócrata de cabecera?

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El expresidente ecuatoriano Rafael Correa Delgado tiene una sentencia en su contra por el caso Sobornos.ÁNGELO CHAMBA

Las apariciones de Correa en segundas vueltas

Estas apariciones con las que Correa perjudica las campañas de sus candidatos, en realidad, no son novedad. Desde que está fugado de la justicia, ha lanzado mensajes que han afectado a sus cuadros y a sus candidatos, sobre todo cuando se trata de la segunda vuelta. Lo mismo ocurre cada vez que aparece defendiendo y abogando por el régimen de Nicolás Maduro, uno de los más siniestros y sanguinarios dictadores de la historia de Hispanoamérica. Apoyar a Maduro en estos tiempos es como haber apoyado a Pinochet en los 80 del siglo pasado. Eso le pasó a Luisa González, por ejemplo. ¿Correa lo daña todo por su incontinencia verbal (léase bocón) o en el fondo no quiere que ganen sus candidatos (léase chimbador)?

Lo cierto es que estos gestos del expresidente prófugo siempre encienden una reflexión sobre su actitud frente a sus candidatos: ¿realmente quiere que ganen? Esta interrogante es inevitable cuando en las campañas anteriores, e incluso en la actual, los estrategas del correísmo siempre terminan tratando de descorreizar las campañas, para ver si logran romper la resistencia que genera el prófugo en algo más de la mitad del electorado. En la campaña de Andrés Arauz para la segunda vuelta, por ejemplo, trataron de poner a Correa en pausa y lo mismo hicieron con Luisa en las últimas elecciones. Correa, sin embargo, siempre termina arruinándolo todo, con mensajes como los dirigidos a Paola Cabezas o Pabel Muñoz. O con defensas a Nicolás Maduro.

Marcela Aguiñaga fue electa prefecta del Guayas por la Revolución Ciudadana.
Cuadros más fuertes, como Marcela Aguiñaga, no son puestos en la papeleta presidencial.X @MARCELAGUINAGA

¿Y si todo es para que no gane Luisa González?

La tesis de que Correa, en su fuero interno, no quiere que ganen sus candidatos se sustenta en otra pregunta: ¿por qué escoge candidatos tan flojos si tiene a su alcance a gente con muchas más credenciales para ganar las elecciones? ¿Por qué apuesta por figuras a las que les va a resultar mucho más difícil ganar en segunda vuelta y no por otras como Marcela Aguiñaga, por ejemplo, que luce con muchas más opciones? Según esta hipótesis, Correa no quiere que sus candidatos ganen porque el poder que ejerce desde la Asamblea le es más útil que tener el control del Ejecutivo. Desde la Asamblea, en efecto, puede presionar para controlar la justicia, apoderarse del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, o conseguir favores inconfesables del Gobierno que se supone es su enemigo.

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Que Correa escoge candidatos débiles también es un hecho innegable que abona a la tesis de que no quiere que los suyos ganen. Andrés Arauz y Luisa González aparecieron como figuras muy poco conocidas y con escaso eco en el electorado. Finalmente, tanto Arauz como González cumplieron con el axioma de que “por Correa ganan en primera, pero por Correa pierden en segunda”.

Si bien en este nuevo intento por llegar a la Presidencia Luisa González no ha pasado aún la prueba de la segunda vuelta, lo cierto es que en las últimas elecciones ganó cómodamente en la primera ante Daniel Noboa (su mismo contendor de ahora), pero perdió en la segunda. En efecto, en 2023 Daniel Noboa tuvo en la primera vuelta apenas el 23,47 % de la votación, mientras que González ganó con un 33,61 % (casi diez puntos más que Noboa), pero ya en la segunda vuelta se quedó con un 48,17 %. Algo similar, aunque más dramático, fue lo que ocurrió en 2021 con Andrés Arauz: tuvo 32,72 % en la primera vuelta y en la segunda, cuando enfrentó a Guillermo Lasso, alcanzó un 47,64 %. Es decir, si bien tuvo 15 puntos porcentuales de ventaja sobre Lasso, el expresidente logró remontarla y consiguió, en segunda vuelta, el 52,36 %. Lasso tuvo un escuálido 19,74 % en la primera vuelta.

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Lo cierto es que en las dos elecciones anteriores y en la actual, Correa escogió candidatos débiles. Tal vez buscaba incondicionales o quizá unos que, sabía, iban a tener muy pocas opciones de ganar. 

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