La recurrente escasez de insulina demanda una solución definitiva

Parafraseando una expresión irónica común en redes sociales, bien se podría decir que “hay escasez de insulina en el país, no importa cuándo leas esto”. La falta de este medicamento básico para el control y tratamiento de las personas que sufren de diabetes es recurrente y afecta tanto al sistema público como a las clínicas y farmacias particulares. De allí que el reciente nuevo episodio de esta crisis cíclica vuelve también a poner sobre el debate la necesidad de una solución definitiva y no solo temporal.

El pasado 17 de mayo, la Sociedad Ecuatoriana de Endocrinología (SEE) advirtió en un comunicado que hay escasez de insulina y que esto pone en grave riesgo la salud de miles de pacientes en nuestro país. “El Estado debe reconocer la importancia de este medicamento y tomar medidas urgentes para garantizar su suministro en boticas y farmacias”, expresó.

Dos días después, el Ministerio de Salud informó también en un comunicado que mantiene un abastecimiento de insulina del 100 % en todos sus establecimientos y que había recibido 243.982 unidades de Insulina NPH Intermedia. Según indicó, esa cantidad le significaba un periodo de abastecimiento de entre 12 a 15 meses, dependiendo del consumo del fármaco.

Consultado por este Diario, el presidente de la SEE, Carlos Solís, felicitó la pronta respuesta de Salud, pero acotó que ese fármaco debería también estar disponible en los otros subsistemas como el conformado por el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), de las Fuerzas Armadas (Issfa), de la Policía (Isspol); así como en las clínicas privadas y en farmacias y boticas; y no solo en las unidades médicas del Ministerio.

“Hay escasez de insulina, sobre todo de las ultra rápidas. Sé que ha llegado una carga de un tipo de insulina y las personas necesitan de dos tipos. La que veo que llegó es la NPH, que no todos la usan. Especialmente los niños que sufren de Diabetes tipo 1, necesitan insulinas análogas porque son más efectivas, permiten flexibilidad en el tratamiento y mejoran la calidad de vida de los pacientes”, dice a su vez, Aracely Basurto, presidenta y fundadora de Fuvida, una organización sin fines de lucro que educa y ayuda a los pacientes de esta enfermedad.

Con este criterio coincide Solís, quien aclara que el pronunciamiento de su gremio fue estrictamente médico ante un problema de salud pública, sin ánimo político ni de causar polémica, pero sí de pedir solución. “Me parece excelente que el Ministerio salga al frente y diga ‘esto estoy haciendo’, pero queda todavía un escenario que se debe resolver para los pacientes que necesitan insulina ultra rápida y análogas”, concuerda.

En su comunicado, Salud dijo que esta era la tercera de cuatro entregas previstas a través de la adhesión de Ecuador al Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica (Comisca) la cual hizo posible un convenio con la empresa Novo Nordisk por un monto de $ 2.312.679 para la adquisición de 87.707 unidades de insulina de acción rápida y 707.954 de acción intermedia.

Solís reitera que esto da una respuesta temporal, por lo que pide “sentarse a la mesa” para hallar una permanente. “Busquemos una solución continua, para que no nos falte un medicamento que es vital para la vida de muchos pacientes”, insiste.

Un problema regional y aumento global de la demanda

Colocar la frase ‘escasez de insulina’ en un buscador de internet o redes sociales genera una serie de noticias similares de diversos países de la región como la vecina Colombia, República Dominicana o México; y de otros continentes.

El presidente de la SEE, Carlos Solís, explica que esto se debe a diversos factores, entre ellos el crecimiento de la población que sufre de diabetes, lo cual presiona la capacidad de producción del fármaco; y el incremento de otras enfermedades como la obesidad, que ahora se tratan con fármacos inyectables como la insulina; y que suelen ser producidos por los mismos fabricantes.

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