Apenas leemos de una supuesta cura contra el cáncer o la diabetes, la compartimos por internet,

Cuando las redes nos enferman

Apenas leemos de una supuesta cura contra el cáncer o la diabetes, la compartimos por internet.

Las redes sociales pueden enfermarnos más de lo que cree. No, no se trata del efecto que produce la cantidad de tiempo que pasamos pegados a ellas, sino de la información que allí vemos y que compartimos sin dudar. ¿Pero nos consta que ya hay una cura para el cáncer o la diabetes como leímos en alguna página?

Las falsas noticias abundan en internet y algunas llevan años circulando, aunque en algún momento alguien haya salido a desmentirlas. Pasó cuando se dijo que los antigripales podían causar hemorragia cerebral. En el 2008, la Agencia Española del Medicamento aseguró que no era así, pero una década después el mensaje sigue circulando.

Para muestra algunas investigaciones. El diario inglés Independent analizó los 20 artículos más compartidos en Facebook durante el 2016 referentes al cáncer y encontró que más de la mitad ya habían sido desmentidos, pero pese a esto hoy siguen apareciendo en Facebook, Twitter e Instagram y en los grupos de WhatsApp.

La Universidad de Wisconsin también hizo otro análisis. Revisó 200 publicaciones en Facebook y descubrió que aquella información fundamentada en rumores fue más compartida que los artículos de las fuentes confiables. Algo similar a lo que descubrió el Instituto de Tecnología de Massachusetts: las noticias falsas se retuitean un 70 % más que las ciertas y estas últimas tardan seis veces más en llegar por Twitter a unas 1.500 personas.

Aceptar como cierto que una planta o una pastilla cura el cáncer o la diabetes, puede poner en riesgo a quien lo padece, pues al dejar su tratamiento la enfermedad se complicará.

Wilson Tenorio, vicepresidente del Colegio de Médicos del Guayas, pide que cuando le llegue información de carácter médico, verifique si es una fuente confiable como las páginas médicas y de la OMS. Y siempre consulte a su médico. La nutricionista Sol Barreto recuerda que no existen curas milagrosas, como se ofrece en redes. “En enfermedades degenerativas, no ofrecemos un tratamiento con una cura, puesto que estas enfermedades no tienen un reverso, sino más bien ayudamos a que la persona pueda atravesarla de la mejor manera”, explica.

Ante la preocupación por la difusión de información falsa, han surgido páginas especializadas para desmontar esas mentiras. EXPRESO le muestra algunos de los temas que se divulgan aún por las redes sociales y que es mejor que no comparta.

La tan difundida dieta paleolítica

La también llamada dieta del hombre de las cavernas promueve el consumo de grandes cantidades de proteínas y grasas, pero de muy pocos carbohidratos, que son necesarios para proveer energía. Los científicos aseguran que esta dieta no es la solución más sana ni razonable y que, por el contrario, deberíamos optar por la mediterránea, que se basa en una alimentación variada y que promueve una cocción más saludable.

Zumo de papa para la espalda

Un video se difundió por todas partes hablando de los supuestos beneficios de tomar, durante nueve días, zumo de papa cruda en ayunas, para acabar con el dolor de espalda. Aunque existe un estudio realizado en ratas que mostró que este zumo puede ayudar en caso de las enfermedades relacionadas con la inflamación del tracto gastrointestinal, esto aún no está en fase final y tampoco se ha probado en el dolor de espalda.

La ‘milagrosa’ sopa quema grasa

Se dice que una sopa elaborada con base en verduras provocaría una pérdida de peso corporal de hasta 8 kilos en una semana. Los especialistas recuerdan los beneficios de perder peso, pero siempre que se haga a un ritmo seguro y en forma gradual mediante una dieta equilibrada y ejercicio físico. Ningún estudio respalda a esta sopa y perder tantos kilos en una semana es contraproducente y puede tener un efecto rebote.

¿El labial es cancerígeno?

Cada cierto tiempo se difunde el mensaje de que los labiales son cancerígenos porque tienen un alto contenido de plomo. Tan antigua es esta información, que primero se difundía por correo electrónico y ahora llega por redes sociales. Un estudio de la Universidad de Berkley analizó 32 labiales comprados en Estados Unidos y descubrió que 24 de ellos tenían plomo, pero no en niveles que puedan ser dañinos.

El aire acondicionado y el cáncer

Hay una información que circula en internet, que asegura que encender el aire acondicionado cuando el vehículo está estacionado a pleno sol eleva el riesgo de padecer cáncer por el aumento de los niveles de benceno. Las concesionarias han mostrado estudios que indican que cuando el coche sale de fábrica el benceno que hubiera podido usarse para elaborar alguno de sus materiales ya está evaporado.

La cura de cinco días para la diabetes

El artículo circula desde hace unos meses por las redes sociales y promete curar la diabetes en solo cinco días y con tres ingredientes: agua, canela y clavo de olor. Dice ser más eficaz que los medicamentos y sin efectos secundarios. Este documento no tiene ningún respaldo científico ni los médicos lo recomiendan. La diabetes no tiene cura y el tratamiento consiste en cambio de hábitos y en la ingesta de fármacos.

¿El café nos eleva la presión arterial?

Sí, el café produce un aumento de la tensión arterial y de la frecuencia cardíaca, pero solo de forma ligera y transitoria, es decir, que no hace que una persona se vuelva hipertensa, como se difunde en algunos mensajes. Es más, beber entre tres y cuatro tazas al día es recomendado por estudios de universidades de prestigio porque ayuda a reducir en un 5 % el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y en 30 % el mal de Parkinson.

¿Cómo podemos verificar?

Antes de compartir una información por Internet, recuerde que no existen las curas milagrosas. Luego acuda a la página donde se encuentra la noticia original y verifique si es una fuente oficial, como, por ejemplo, la página de una universidad de prestigio. Desconfíe si junto a la supuesta cura, buscan venderle un producto (de esos que abundan en la web). Si no está seguro sobre lo que ha leído, lo mejor es que no lo comparta.