Refinerías: las paras imprevistas dejan pérdidas de hasta $1,5 millones por día
La producción, en 2019, cayó en un 7,7 %. La provisión de energía eléctrica es un problema central
Las calamidades heredadas siguen pasando factura. En sectores estratégicos, por ejemplo, hay pérdidas millonarias por las malas inversiones que hizo el Gobierno anterior en refinación de crudo. Ahora, dicen las autoridades, la alternativa es buscar apoyo en el sector privado para evitar la salida de recursos.
Petroecuador cerró 2019 con 521 trabajadores menos
Leer másLa empresa estatal Petroecuador responde por las refinerías que operan en Ecuador. Todas, en 2019, tuvieron una caída considerable en su trabajo. En ese año, muestra el informe estadístico de la institución, se produjeron 64,7 millones de barriles de derivados de crudo. El año previo, 2018, la cifra fue de 70,2 millones de barriles. Es decir, Ecuador dejó de producir un 7,7 % de gasolinas y combustibles.
La demanda, sin embargo, no cayó en los mismos porcentajes.
¿Qué productos están en esa lista? Gasolinas como la súper, extra, ecopaís, diésel, nafta, fuel oil, gas licuado de petróleo (GLP), entre otros.
El caso del gas de uso doméstico es uno de los que más llama la atención. En 2019 se produjeron 1,9 millones de barriles de GLP. Un año antes, sin embargo, la producción en las refinerías alcanzó los 2,6 millones de barriles. Un descenso de 27,5 %.
Caídas se registraron, además, en la gasolina súper, diésel (en sus dos variedades), solventes y hasta residuos. El país tuvo que importar más derivados por la caída de la producción nacional.
Pablo Flores, gerente general de Petroecuador, explica que hay más de un problema alrededor de las refinerías que existen en el país y que son operadas por el Estado. En total, hay cuatro refinerías, claro que la de Lago Agrio procesa cantidades mínimas dentro del territorio petrolero en la Amazonía.
Petroecuador no conoce el valor de sus bienes
Leer másLas otras son Shushufindi, La Libertad y Esmeraldas. Aunque esta última es la más grande, costosa y conflictiva, las otras también presentan problemas.
La Libertad, ubicada en la península de Santa Elena, fue inspeccionada ayer por Flores y su equipo de trabajo. Ahí se detectó que hay anomalías que persisten y ya se piensa en el sector privado para que administre la obra.
Esa ruta, la de las concesiones, no es sencilla ni a corto plazo. Entregar la operación de una planta requiere de procesos complejos y adjudicaciones que pueden tardar años. Por eso, el camino más viable es la de concesionar solo ciertos servicios.
Flores reconoce que el sistema eléctrico de las refinerías es uno de los puntos más débiles que existen. Entregar a manos privadas específicamente ese servicio es más factible y podría concretarse en el corto o mediano plazo.
La Libertad y Shushufindi comparten esos males. Es más, solo en 2019, La Libertad paró sus actividades en doce ocasiones.
El caso más grave es, sin embargo, el de la Refinería de Esmeraldas. La planta que tiene capacidad para procesar 110.000 barriles diarios de petróleo tuvo una para de seis meses y desestabilizó las cuentas de la petrolera y de todo el país.
En números, una paralización imprevista de la Refinería de Esmeraldas genera pérdidas diarias de al menos 1,5 millones de dólares.
A eso se suma el gasto en reparaciones y la inversión por el mejoramiento de los equipos y los sistemas. Durante el Gobierno del expresidente Rafael Correa, por ejemplo, se utilizaron más de 2.200 millones de dólares para “repotenciar” la planta. En menos de un año, la supuesta repotenciación se evidenció como un negociado con sobreprecios y pocos trabajos reales. Administraciones posteriores de Petroecuador, en el actual Gobierno, incluso se atrevieron a decir que solo se pintó la fachada y se mantuvieron todos los problemas de fondo. Una mano de pintura que costó 2.200 millones de dólares.
En Petroecuador, según informaron las autoridades, se está trabajando en un plan de mejoramiento de refinación.