La reforma electoral de Noboa suena muy bonita, pero no todo es bonito
Análisis | Dado el ‘timming’, lo más probable es que en los meses de campaña, la Asamblea estará discutiendo el tema
Suena bonito. Claro que suena muy lindo que el Estado ya no invierta nuestros fondos en el financiamiento de los partidos y movimientos políticos, que lo único que hacen es poner a candidatos inútiles y buenos para nada, que cuando son elegidos luego no pueden ni aprobar una ley que realmente incentive la iniciativa privada en la generación eléctrica.
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Esta es la reforma que propone Noboa sobre publicidad electoral pagada por el Estado
Leer másSuena muy bien, claro está, que empresarios electorales como Washington Pesántez, Jimmy Jairala o Edwin Moreno (hermano del expresidente) financien o financiaran sus partidos para que luego escojan como si de jugadores de fútbol se tratara a sus candidatos. Suena muy bien.
Esa es básicamente la esencia de la reforma constitucional que propuso el presidente Daniel Noboa, que apunta al fin del financiamiento estatal de los partidos y movimientos políticos: suena muy bonito. Pero como pasa con muchas de las cosas que suenan bien o bonito, cuando se escarba un poco no todo aparece ya tan bueno. La reforma plantea cambios en los artículos 110 y 115 de la Constitución, que se refieren al Fondo Partidario Permanente y al Fondo de Promoción Electoral.
El eventual trámite de la reforma
El presidente propone que la reforma se realice en dos debates en la Asamblea Nacional y luego un referéndum, tal como se prevé en el artículo 442 de la Constitución. Cosa que podría coincidir con la segunda vuelta electoral, donde las ansias reeleccionistas de Daniel Noboa podrían empatar con la decisión final de un tema que, como hemos visto, suena muy bonito.
Noboa impulsa reforma para que el Estado deje de financiar las campañas electorales
Leer másLa pregunta que Noboa ha pedido calificar ya a la Corte Constitucional dice así: “Actualmente, la Constitución de la República del Ecuador establece la obligación del Estado de entregar recursos económicos a los partidos y movimientos políticos. ¿Está usted de acuerdo con que se elimine la obligación del Estado de asignar recursos del presupuesto general del Estado a las organizaciones políticas, reformando parcialmente la Constitución de conformidad con el anexo de la pregunta?”.
Luego viene el anexo que dice con qué se reemplazará el artículo 10: “Los partidos y movimientos políticos se financiarán con los aportes de sus afiliadas, afiliados y simpatizantes”. Es decir, se elimina la parte en que la actual Constitución sostiene que también habrá financiamiento estatal.
Luego, el anexo establece que, de ser aprobada la reforma, debe sustituirse el actual artículo 115 de la Constitución por el siguiente texto: “El Estado, a través de los medios de comunicación, garantizará de forma equitativa e igualitaria la promoción electoral que propicie el debate. Se prohíbe el uso de los recursos y la infraestructura estatales, así como la publicidad gubernamental, en todos los niveles de gobierno, para la campaña electoral”.
Acá también se elimina el texto que habla del financiamiento estatal a la promoción electoral de los partidos y movimientos y
Dos problemas graves tiene la propuesta
Antes que bases extranjeras, el ciudadano pide mano dura
Leer másEn efecto, lo más probable es que la persona que vea la propuesta por primera vez estará de acuerdo plenamente con ella. Sin embargo, la reforma tiene dos problemas graves.
La primera es que se trata de una propuesta absolutamente pensada en los resultados electorales para las elecciones venideras; y la segunda, que no incluye una auténtica reforma política que la acompañe, porque si se va a matar el sistema de financiamiento estatal a los partidos y movimientos, se está atacando a la fiebre y no a la enfermedad. Veamos.
La esencia electoral de la propuesta la hace necesariamente populista y deja al desnudo que el interés de Noboa es utilizarla para su reelección, y que no hay un legítimo y auténtico interés de reforma política.
Dado el ‘timming’ de la propuesta, lo más probable es que durante los meses de campaña la Asamblea estará discutiendo este tema, lo que la convertiría irremediablemente en una caja de resonancia del debate electoral.
Como la reforma suena política, los adversarios de Noboa que se opongan se desgastarán defendiendo algo muy impopular (el financiamiento público de los partidos) y si llega el momento de las elecciones, ya sea la primera vuelta o la segunda, Noboa podrá presentarse como el dueño de la criatura. ‘Vota sí, vota Noboa’, podría ser la consigna. Sin duda, se trata de un escenario muy bueno para el presidente-candidato.
Luego está lo de fondo: la reforma propuesta podrá sonar muy bonita, pero si no viene acompañada por una auténtica y bien articulada reforma política, terminará siendo peor para el país. En otras palabras, el remedio puede ser peor que la enfermedad.
¿Solo beneficios?
Reformar la Constitución, el comodín electoral de Noboa
Leer másEl sistema de partidos no puede quedar sin ningún tipo de financiamiento público porque si queda como propone el gobierno, solo las grandes chequeras podrán operar en la política ecuatoriana. Ahí estarán los Correa, los Topic, los Lasso o los Noboa.
Y los chicos quedarán a expensas de las mafias organizadas, de los caciques de los pueblos y grupos de corruptos con interés de tomarse el poder. Resulta difícil creer que Noboa esté realmente interesado en un cambio del sistema de partidos. Nunca ha hablado sobre eso y la gente que lo rodea tampoco.
Así que lo que puede estar en juego por una alternativa popular es el fin del sistema de partidos que, si bien funciona desastrosamente, peor sería no tener uno. No hay democracia sin partidos pero, lamentablemente, no se ve que el proponente de la reforma esté muy interesado en salvar la democracia. Primero está, sin duda, su reelección.
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