Reino Unido se militariza por temor a nuevos ataques
Mánchester regresó ayer a su rutina entre fuertes medidas de seguridad y con la constatación de que el autor del atentado del lunes era un vecino más, nacido y criado en esta ciudad del norte de Inglaterra.
Manchester regresó ayer a su rutina entre fuertes medidas de seguridad y con la constatación de que el autor del atentado del lunes era un vecino más, nacido y criado en esta ciudad del norte de Inglaterra.
La urbe, de unos 520.000 habitantes pero con un área metropolitana de 2,7 millones, se enorgullece de su carácter accesible y tolerante, como se destacó en la vigilia del martes en homenaje a las víctimas, y las autoridades insisten en que el ataque “no les dividirá”.
Sin embargo, la biografía del terrorista suicida, el británico de origen libio de 22 años Samal Abedi, educado y formado en el sistema local, sugiere que, bajo esa apariencia cohesionada, puede ocultarse ya en Mánchester un sustrato de tensiones entre las comunidades.
“Lo difícil de afrontar para nosotros ahora es que (el atacante) fue criado aquí”, reconoció ayer el alcalde del área metropolitana de Mánchester, el laborista Andy Burnham.
La mezquita de Didsbury, a la que presuntamente acudía Samal junto a su hermano Ismail (detenido el martes) y el padre de ambos, Ramadan Abedi, denunció ayer que ha recibido “preocupantes noticias sobre actos de odio hacia los musulmanes, como insultos o daños a mezquitas”, y conminó a los afectados a acudir a la policía.
El portavoz y miembro del consejo de Administración, Fawzi Haffar, condenó “el atroz” atentado cometido tras el concierto de la estadounidense Ariana Grande, que dejó 22 muertos (entre ellos niños) y 64 heridos, y subrayó que “tal acto de cobardía no tiene lugar en nuestra religión ni en ninguna otra”.
Nacido en Mánchester, Samal Abedi es uno de cuatro hermanos, en el seno de una familia de refugiados libios que llegaron al Reino Unido escapando del régimen del coronel Muamar el Gadafi.
Ayer, su hermano y padre fueron detenidos en Trípoli. Según un allegado de la familia, Salman Abedi se encontraba en Libia y viajó a Gran Bretaña cuatro días antes del atentado del lunes de noche. “Su padre quería que su hijo se quedara en Libia. Pero Salman insistió en regresar a Mánchester”, dijo.
Aparentemente Hachem Abedi (hermano del autor del atentado) habría estado al corriente de los planes de Salman Abedi.
Hasta el momento, seis personas han sido detenidas, entre ellas una mujer, por este caso que conmociona al mundo.
La idea de que sus cómplices seguían libres motivó la decisión del gobierno de activar el máximo nivel de alerta terrorista, hasta el grado “crítico”, que significa que otro ataque es “inminente”.
En respuesta al aumento de la alerta, ayer se desplegaron “unos mil soldados”, informó una portavoz del Ministerio de Defensa. Los militares llegaron en autobuses al centro de Londres y se desplegaron en sus puestos.
Un ataque suicida en Yakarta
Un presunto atentado suicida cometido ayer en una terminal de autobuses de la capital indonesia mató a un agente e hirió a otros cinco, anunció la policía. Inicialmente hubo una explosión “que sospechamos que es un ataque suicida”, declaró el jefe adjunto de la policía nacional, identificado únicamente como Syafruddin.
Las imágenes difundidas por televisión mostraban humo en la terminal, que fue aislada por la policía, y la evacuación de las víctimas.