Una relacion en la mira
México acoge en su embajada a tres asambleístas correístas. Expertos esperan que esto no malogre el vínculo con miras a la adhesión a la Alianza del Pacífico.
Bajo la mira. Cuando un país toma una decisión que involucra a una segunda nación y que no la beneficia directamente, la relación es la que suele sentir los estragos.
México decidió proteger y resguardar en su embajada en Quito a los asambleístas de la Revolución Ciudadana, Gabriela Rivadeneira, Soledad Buendía y Carlos Viteri. Así como a Edwin Jarrín (cónyuge de Buendía), Tania Pauker (cónyuge de Viteri) y Luis Fernando Molina (legislador alterno).
A criterio del excanciller José Ayala Lasso, este hecho no debería escalar a un impasse diplomático. “Espero que no escale a algo mayor. Una vez examinadas las realidades política y social de Ecuador, el Gobierno de México podrá apreciar de manera objetiva la realidad y tomar una decisión”, comentó el experto.
Con él concuerda el exembajador e internacionalista Mauricio Gándara, quien acota que el episodio tampoco debería afectar la negociación de un acuerdo comercial con el país azteca, requisito necesario para que Ecuador ingrese a la Alianza del Pacífico. “No debe afectar. Los Estados conceden o no asilos a personas y esas decisiones deben mantenerse lejos de la relación comercial”.
El Gobierno mexicano, con el nuevo presidente Andrés Manuel López Obrador, ha adoptado una postura neutral y de no intervención frente a problemas de la región como la crisis en Venezuela y las recientes protestas en Ecuador. Lo que puede llegar a inquietar a expertos con miras a la firma de un acuerdo comercial entre Ecuador y México. Josep Piqué, presidente de la Fundación Iberoamericana Empresarial, en una reciente entrevista con EXPRESO reconoció que México es la parte más compleja del proceso de adhesión a la Alianza. No obstante, el país centroamericano ha demostrado cercanía y buena predisposición en ese camino, o así lo comentó el ministro de Comercio Exterior, Iván Ontaneda, durante una reciente visita a dicha nación en agosto pasado.
México, tanto en lo económico y con en lo político, se ubica así en el radar de Ecuador a la espera de lo que pasará con sus nuevos protegidos. La figura de la protección y resguardo es un paso previo a la concesión o no de un eventual asilo. El país centroamericano debe analizar las condiciones políticas, sociales y otros factores del país, junto a información que los ahora protegidos puedan o no presentar para que el Gobierno extranjero decida conceder o no el asilo en el caso de que sus huéspedes lo solicitaran.
En sendos comunicados, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México reitera “su compromiso con el respeto, protección y promoción de los derechos humanos de todas las personas, independientemente de su afinidad política”. Ayala Lasso espera que esta premisa se cumpla y que la decisión de México sobre continuar prestando o no protección y resguardo, y de conceder o no un eventual asilo “no esté vinculada en coincidencias ideológicas entre el actual Gobierno de México y quienes han buscado su protección”.