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Renovarse o morir: ultimátum para las listas
Partidos tradicionales como el Social Cristiano encaran sus peores cifras de las últimas décadas. Aceptarlo es el primer paso
Las elecciones de 2025 están dejando una particular huella en la democracia ecuatoriana: dos presidenciables obtienen más de 40 puntos en primera vuelta, otra docena no supera el 1% de votación y algunos de los denominados partidos tradicionales registran sus peores cifras en décadas. Así lo demuestra una revisión hecha por EXPRESO a las últimas diez elecciones generales de los últimos 30 años.
Por ejemplo, organizaciones políticas como el Partido Social Cristiano (PSC) sufren una caída considerable tanto en la pelea por la Presidencia como por curules en la Asamblea Nacional. Aunque en los últimos tres comicios generales mantenía una votación promedio del 16,72%, esta ocasión cae al 0,71% con la candidatura presidencial de Henry Kronfle. De igual forma, su promedio del 12,51% en votación para asambleístas nacionales se desploma al 3,13%.
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Candidatos obtuvieron menos del 1%
Un panorama similar se puede observar en el histórico de las votaciones de la Izquierda Democrática y el Partido Socialista. En el caso del partido naranja, su promedio del 11% de votación de la dignidad de presidente cae al 0,22%; mientras que el de los socialistas cae del 2,29% al 0,53%, incluso sacando una menor votación que su anterior peor resultado, el 0,63% de las elecciones generales de 2021, en la que se alió con el extinto Concertación.
Por otra parte, en la dignidad de presidente de la República, partidos como Sociedad Patriótica o Pachakutik han regresado a la votación que venían teniendo en las últimas elecciones generales. Por ejemplo, luego de tener un empujón con la alianza que respaldó a Jan Topic en 2023, la organización política de Lucio Gutiérrez obtuvo el 2,7% de la votación en 2025; resultado alineado al 0,8% y 1,78% que registró en 2017 y 2021, respectivamente.
De igual forma, luego del empujón logrado con la candidatura presidencial de Yaku Pérez en 2021 y de no haber presentado candidato a la Presidencia en las elecciones anticipadas de 2023, el movimiento indígena registra una votación del 5,26% en los comicios de 2025. Un resultado más cercano al 2,2% y al 6,7% que obtuvo en los comicios de 2006 y 2017, respectivamente. Esto a pesar de que Sociedad Patriótica y Pachakutik lograron la Presidencia en 2002 con Gutiérrez.
Aunque cada elección tiene su propio contexto, el analista político, Giuseppe Cabrera, sostiene que numéricamente se puede observar una debacle importante: “es una debacle, pero el sistema de partidos ya ha venido sufriendo crisis. Si no desaparecían es porque había un único caudillismo, el correísmo, y un anticorreísmo, antes representado por CREO y Guillermo Lasso, que no eran lo suficientemente fuertes para cerrar espacios a otras candidaturas”.
¿Nueva era política?
En ese sentido, Cabrera señala que en estas elecciones Ecuador está asistiendo al nacimiento de un nuevo sujeto político, el noboísmo, que estaría consolidando un ‘bicaudillismo’ en el país junto al correísmo: “esto pone en aprietos a todos los partidos políticos porque antes podían buscar a un candidato carismático, como lo fue Xavier Hervas, o con una imagen fuerte, como lo fue Jan Topic; pero ya no, al menos mientras Daniel Noboa esté fuerte”.
Sin embargo, el jurista y exasambleísta Héctor Muñoz sostiene que también hay que considerar que “el correísmo y el movimiento ADN (Acción Democrática Nacional) fueron las dos únicas tendencias que lograron conectar con la gente, entender lo que quiere el electorado”, mientras que el resto de organizaciones políticas repasaron viejas agendas que, según los resultados electorales preliminares, ya no interesa o no procesan los nuevos votantes.
Y es que una de las primeras reflexiones que deberían hacer todos los partidos que sacaron menos del 1% de la votación, entre ellos los denominados tradicionales, acota Muñoz, es que “el Ecuador de hace cinco años no es el de ahora. Que el elector cambió y que el reto está en conectar con esa masa de votantes, en especial los jóvenes”. Asimismo, que, al igual que indicó Cabrera, el país asiste a una nueva era política “que muy pocos están entendiendo”.
No obstante, tanto Muñoz como Cabrera sostienen que la supervivencia de estos partidos depende de que reconozcan sus errores: “lo primero que deberían hacer los partidos es hacer un mea culpa público, que digan qué no lograron hacer. Ese es el primer paso para evitar que mueran. Si no lo hacen, no van a mejorar y estarán cavando su tumba”, acota Muñoz. Cabrera, por su lado, considera que una alternativa que les queda a estos partidos es replegarse en lo local para, desde allí, volver a tener proyección.
¿Hacia dónde caminan los partidos políticos?
Aunque la solución a la debacle que viven las organizaciones políticas parecería estar a la vista, el analista político Giuseppe Cabrera sostiene que muchos partidos políticos, incluso algunos de los tradicionales, tiene una menoscabada o nula estructura política que les permita renovarse.
“Son endebles y dependían de tener un candidato-producto”, comenta y señala que mientras Daniel Noboa y el correísmo se mantengan vigentes en el tablero electoral les será muy complicado romper el ‘bicaudillismo’ que dice se está instalando en la democracia ecuatoriana.
Un ejemplo de ello es el Partido Social Cristiano, acota el jurista y exasambleísta Héctor Muñoz, que apenas logró cinco curules en la próxima Asamblea Nacional y ninguna de ellas son de la provincia de Guayas, donde la organización política fue hegemónica por más de 20 años.
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