La repercusión de Cotopaxi ahora se siente en Guayaquil
El SNAI confirmó 10 heridos. Los familiares se congregan afuera del recinto carcelario. Detonaciones de explosivos y de armas de fuego se oyeron
Las escenas se repiten. Disparos, sonidos de explosiones, gritos y llantos rodearon la Penitenciaría del Litoral, la tarde de este miércoles 5 de octubre de 2022.
El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI) dijo que se trataba de un amotinamiento.
La primera alerta provino de los vecinos del centro reclusorio y personas que transitaban por el lugar y escucharon los disparos. La ATM cerró las vías y el SNAI activó un contingente conformado por policías.
Hasta el cierre de esta edición, el SNAI solo confirmó que el enfrentamiento dejó seis presos y cuatro policías heridos con armas de fuego. Sin embargo, extraoficialmente se habló de varios asesinados.
Incertidumbre y desesperación se vive en los exteriores de la Penitenciaría del Litoral
Leer másPara Mario Pazmiño, exjefe de Inteligencia del Ejército, la violencia en la Penitenciaría era una “masacre anunciada”.
Su análisis es que el enfrentamiento es un “fenómeno espejo” de lo que ocurrió en la cárcel de Latacunga, en donde murieron 16 personas, entre estas, Leandro Norero, presunto financista de organizaciones narcocriminales.
“Las autoridades debían adelantarse, usar la fuerza pública, y tener informes de Inteligencia, para saber que lo ocurrido en Cotopaxi se iba a irradiar a otros centros del país porque son disputas entre las bandas”.
Cristina, quien prefirió no dar su apellido, permaneció desde la mañana en los exteriores de la Penitenciaría, pues fue alertada por un familiar preso que iban a darse hechos sangrientos en la cárcel.
Su familiar cumple una condena de 25 años y es un sobreviviente de la masacre en Latacunga. Cuenta que fue trasladado desde Cotopaxi durante la madrugada.
“Yo les pedí que, por favor, no los trasladen porque ya se sabía que había problemas... De una los pusieron en el pabellón 2, no hubo ni cuarentena, ni los enviaron al área consular. Él (su familiar) me llamó y me dijo que nos están recibiendo, esto es por la muerte de Norero”, relata la madre de familia.
Según expuso la mujer, no entiende por qué se hace el traslado de privados de libertad que no tienen relación alguna con bandas. “Las personas que llegan, son carne fresca para quienes quieren hacer venganza, no les importa si pertenecen o no a una organización”.
Afuera de la Penitenciaría, el pánico y la impotencia invadían a los familiares. Cada gran explosión o el sonido seco de las balas provocaba llantos y gritos. Rogaban ayuda, pedían a Dios y se ahogan en lágrimas. Patrullas policiales ingresaban y ambulancias salían a toda velocidad.
Las autoridades debían adelantarse porque era evidente que esto pasaría.
- Antecedente. El 28 de septiembre de 2021, en la Penitenciaría del Litoral se dio otro enfrentamiento entre bandas criminales. La masacre dejó un saldo de 123 reclusos asesinados y alrededor de 80 heridos, lo que la convirtió en la peor matanza carcelaria en la historia del país. Esa vez también se oyeron disparos.
- Acciones. Ni bien se activó nuevamente un amotinamiento en la Penitenciaría del Litoral, en Guayaquil los familiares de los reos acudieron a buscar información. Ellos habían sido alertados por sus parientes que estaban al interior de los pabellones, que pasado el mediodía iniciaron incidentes en ese centro.
- Control. Pasadas las 18:00 los intentos de los miembros de la Policía por retomar el control de los pabellones continuaba. El Servicio Nacional de Atención Integral (SNAI) no se aventuraba a dar una cifra de fallecidos o de heridos. Solo se conoció que Medicina Legal ingresó en el centro carcelario.