El reto fallido de los políticos en atacar el pesimismo ecuatoriano
Los precandidatos y funcionarios actuales están desconectados de la realidad, según expertos
Pasado el primer semestre del 2024, la población ecuatoriana se muestra pesimista y sin muchas esperanzas de un cambio. A seis meses y días de las próximas elecciones presidenciales, de febrero del 2025, los datos sobre humor social de encuestadoras pintan un panorama negativo, con bajos números para el presidente y otras autoridades locales y nacionales.
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Para Pedro Donoso, analista político de Icare, más importante que la valoración de la gestión de los alcaldes, del Ejecutivo o de la Asamblea, es el dato sobre humor social, que muestra el estado de ánimo del ciudadano. “Una población pesimista es más reacia a los cambios y más permeable a un estallido social”, advierte. Por lo que le parece que el mensaje debe ser leído no solo por precandidatos, sino por todo el tejido social, gremios, sindicatos y academia.
Perfiles de Opinión presentó datos de su encuesta, levantada del 6 al 8 de julio. En el apartado acerca del estado de ánimo de la población aparece que el 74,12 % de los consultados creen que Ecuador va por el camino equivocado. La mayoría también señala que la situación política y económica va a empeorar en los próximos 12 meses.
Omar Maluk también compartió datos sobre el estado de ánimo imperante. El 38,11 % de los encuestados tienden a la hostilidad y el 29,11 % a la ansiedad.
¿Los políticos están desconectados de esa realidad? El sociólogo David Chávez responde que esa idea circula. Pero él opina que ellos leen los problemas del país en ‘clave política’, para traducirlos, según su tendencia. “En los últimos años se culpa al correísmo y viceversa, la RC dice que la crisis es producto de Moreno, Lasso y Noboa”.
Ecuador, dice Chávez, es un cúmulo de imágenes trágicas y dolorosas desde la pandemia (por la COVID-19) hasta la masacre en un bus en la que murió un niño de cinco años.
“Los precandidatos y los políticos leen el sentimiento de la población, pero lo conectan con el discurso correísta y anticorreísta, para sacarnos de una discusión seria sobre lo que debería ocurrir para pasar de eso”.
Por su parte, Christian Escobar, doctor en Filosofía, comenta que en general la percepción de que las cosas van a ir peor se siente no solo en Ecuador sino en América. “Es una constante en las encuestas”, dice, aunque sostiene que no confía en las encuestadoras.
A Escobar le parece que el escenario electoral aún no está claro, pero sabe que el eje principal de la discusión será la inseguridad. Sobre la desconexión de los precandidatos y del mismo presidente con el sentir de la población, Escobar señala un problema estructural. “No tiene un partido político y no es una cuestión solo de Daniel Noboa. No hay partido y no existe un plan de Gobierno ni gente que haga carrera para ocupar cargos de interés público”.
Desde Saraguro, en Loja, Nayra Chalán, líder indígena y exvicepresidenta de la Ecuarunari, opina que no hay una sintonía entre los precandidatos y los políticos con la realidad de la población. “Escuchamos que el Ministerio señala que la educación ha mejorado, pero hay unos 60.000 estudiantes que abandonaron los planteles en la Costa, igual en la Sierra”.
Por ejemplo, el 10 de julio la comunidad A’i Cofán de Sinangoe, en Sucumbíos, presentó una acción de protección contra la cartera del ramo por vulneración al derecho a la educación, comenta Chalán. “Durante seis años los niños no tuvieron una infraestructura adecuada, han recibido clases en una cancha”.
Para Chalán, lo que señalan las encuestas sobre el estado de ánimo de la población es un reflejo de lo que pasa en el día a día. Y pone más ejemplos: las filas para obtener un cupo en la Politécnica de Chimborazo o la disminución en las cifras de afiliaciones al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social. “Pero nos venden una realidad paralela en términos de marketing político. Nos dicen que bajó el riesgo país y que las cifras muestran crecimiento económico. En la frontera, la arroba de arroz subió y los pasajes también, ya que nos transportamos en camionetas”.
En esa línea, Pedro Donoso recuerda que el pesimismo de la población, según Perfiles de Opinión, se ubicó sobre el 90 % en el 2023. Cuando llegó Noboa cayó y en su anterior encuesta estuvo en más del 54 %. En julio subió 20 puntos más.
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Leer másLas cifras les dicen a los precandidatos, señala Donoso, que enfrentarán un proceso eleccionario con una ciudadanía altamente pesimista. La proyección de la encuestadora señala eso.
“Con (Lenín) Moreno se disparó el pesimismo. Antes, en los noventa, Cedatos dijo que siete de cada diez ecuatorianos se sentían pesimistas”. Por eso, la estrategia electoral debe atender ese negativismo colectivo. “Las élites, gremios empresariales y movimientos sociales deben revisar qué está ocurriendo”.
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