Revancha y convergencia

Los hechos de hoy son inéditos. Unen pasado, presente y futuro de: crisis económica y gubernamental, conspiración del correato, falencias del ajuste, quiebra fiscal, poder burocrático, incapacidad de élites económicas de compartir la crisis, postergación de economías campesinas, quiebra de la seguridad nacional, poder de mafias del combustible, transporte, narcotráfico, etc. Esto se une a la debilidad del Estado nacional, democracia, partidos, instituciones, ambiciones e ineptitud de políticos para trabajar por la sociedad, la nación y no solo en elecciones y torpes intereses.

Ineptitud de movimientos sociales de representar la diversidad regional, ascenso de fragmentación socioeconómica, étnica y cultural, resentimientos y odios étnicos a mestizos y viceversa, manipulación de caciques étnicos de empobrecidas bases, odios ocultos a creaciones del mundo mestizo, usos de simbologías indígenas, autoritarismo, reinvención del incario de Atahualpa, presencia de terrorismo urbano, etc.

Lo que pasó en Quito, Cuenca, Ambato, Cotopaxi, carreteras y haciendas andinas, instalaciones petroleras, de agua y cuartel militar no fue infiltración, tiene huella étnica. El lenguaje agresivo y antidemocrático de dirigentes indígenas y sindicales evidencia crisis y fragmentación de unidad nacional. Esto lo saben los dos revanchismos: el del correísmo mafioso de la narcoizquierda incendiaria y el nuevo cauce de pensamiento y odio étnico. Estas dos vertientes en cualquier momento se juntan en juegos de poder con narcotráfico, mafias, contrabandistas de combustible, terrorismo, ladrones urbanos, aristocracia sindical, etc. Esto no ha concluido. Es página nueva de hechos políticos que hay que comprender. Demanda no un Estado policiaco, sino uno nacional, democrático y unitario, de seguridad que garantice paz y bienestar. No requiere dos Estados: el de todos y el de los indígenas. La bandera de Ecuador es una, su himno es único y no es el de la Conaie ni los cantos de duelo y odio por el asesinato de Atahualpa y Rumiñahui. Somos unidad de diversos y no solo nacionalidades indígenas (5 %). Ojalá reencontremos el camino de reconstitución nacional con mestizos, montuvios, afros e indígenas, todos unidos por un Ecuador mejor.