Revolucion liberal alfarista
El 5 de junio pasado se recordaron con dispersos y pálidos actos los 121 años del triunfo de la Revolución Liberal de 1895.
El liberalismo como doctrina política es, sin temor a equívocos, la que promovió las más grandes transformaciones que conoce la humanidad. Los cambios logrados en Inglaterra entre los siglos XIII y XVIII, la victoria de los independentistas en los Estados Unidos en 1776, el triunfo de la Revolución francesa en 1789, su aporte al desarrollo humano es incuantificable. Esas tesis, resumidas en la trilogía de principios: libertad, igualdad y fraternidad, triunfan en el Ecuador con el liderazgo y lucha del general manabita Eloy Alfaro Delgado.
Sin vacilaciones, hay que señalar que a esas ideas les debemos la existencia del régimen democrático y que en síntesis posibilitaron los siguientes logros: 1) un sufragio popular para que la sociedad escoja sus gobernantes; 2) una Constitución Política del Estado como ley fundamental que regule atribuciones y deberes de sus habitantes; 3) garantías para el ejercicio a plenitud de los derechos humanos; 4) división de poderes que evite abusos de los gobernantes en perjuicio de los gobernados.
No se puede olvidar que el triunfo de las tesis liberales responde a una lucha contra todo tipo de privilegios y canonjías existentes en aquella época, para que imperen la libertad, la igualdad ante la ley, la fraternidad o armonía social. Es cierto que entre los militantes de esta ideología se produjeron en materia económica dos vertientes de pensamiento: los que promovían un modelo basado en la producción (fisiócratas) y los que creían en el modelo mercantil de Adam Smith (clásico). A este último responde actualmente el denominado neoliberalismo. Afortunadamente para nuestro país, Alfaro con su visión de estadista y su pensamiento universal, fundó el Partido Liberal Radical y añadió la tesis del radicalismo, que en su filosofía sostiene que el interés individual no puede desbordar o contraponerse al interés general.
De Alfaro y sus anhelos de unidad, moral, justicia, libertad y paz hay mucho que decir; lo haremos cuando la ocasión lo amerite.
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