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Situación. Muchos de los policías que operan en las grandes ciudades provienen de otras provincias.Christian Vinueza

Una revolución a la Policía, más allá de inyectar dinero

Que vivan en sus provincias ahorrará recursos. Tienen más apego a su lugar. La situación familiar puede mejorar porque no se alejan de sus casas

¿Cómo lograr que los policías luchen más eficientemente contra la delincuencia? Cada vez que hago esta pregunta la respuesta es la misma. Todas las soluciones posibles siempre llegan a una sola conclusión: Necesitamos más dinero.

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Esto no es una verdad absoluta, porque hay medidas que pueden mejorar el trabajo policial que no requieren dinero y que, de hecho, le ahorrarían mucha plata al gobierno. Por desgracia en nuestro país, desde hace mucho tiempo las soluciones sin costo no son tomadas en cuenta. ¿Será porque si no hay dinero no hay corrupción y sin corrupción no hay comisión?

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La cifra:53.000 efectivos policiales tiene el país, aunque la cifra ideal debería ser 57.000, según la ONU.

Para este año el presupuesto de la Policía Nacional es de 1.391 millones de dólares, 10 millones más que el 2022. Hoy, el país cuenta con 53 mil efectivos policiales y la proyección es llegar a 60 mil policías este año. No entiendo cómo con un incremento inferior al 1 % en el presupuesto van a lograr capacitar, equipar, dotar de armas y pagarles el sueldo a esos 7 mil policías adicionales.

Este desfase presupuestario ya está empezando a sentirse, no solo en el aumento de la delincuencia, sino al interior de la institución: 400 policías destinados a Guayaquil no tenían donde alojarse; 300 policías destinados a la provincia de El Oro tampoco tendrían donde hospedarse y así va a suceder en todas las provincias en las que se está reforzando la seguridad. Esto significa que la Policía debe alquilar viviendas, pagar hostales y hacinar en sus cuarteles y UPC a todos esos nuevos efectivos. En algunas ciudades la empresa privada está colaborando, pero el problema empeora a medida que se incremente el número de agentes.

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Al analizar esta situación, volví a hacerme una reflexión que hice pública hace algunos años. ¿Qué pasaría si todos los policías hicieran su trabajo en su propio lugar de residencia? Investigué y consulté con expertos; algunos me respondieron que así es en todas partes del mundo, que no estoy inventando la pólvora. También un conocido personaje político me dijo: “El problema es que al costeño no le gusta ser policía, cura ni militar”. Creo que esa aseveración es falsa y discriminatoria.

¿Por qué es mejor que los policías de una provincia sean de esa misma provincia?

Primero, el país se ahorraría un montón de dinero porque ya no debe pagar por los hospedajes. Seguro se gastan decenas de millones de dólares al año tan solo en vivienda, sin contar alimentación y transporte. Este dinero podría ser destinado para protección de los mismos policías.

Segundo, la situación familiar de esos policías va a mejorar sustancialmente porque ya no tendrán que alejarse de sus parejas e hijos para trasladarse a otra ciudad. Disminuirá la violencia en el hogar e incluso los casos de suicidio por depresión. Eso hará que trabajen mucho mejor.

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Tercero, nadie cuida mejor lo suyo que uno mismo. ¿Por qué? Porque tienen más apego al lugar donde viven y porque conocen mejor su ciudad y provincia que un policía que llega de otra región.

Finalmente, no conozco otro país en el mundo que tenga este mismo sistema centralista que tiene Ecuador con su policía y que claramente ha fracasado.

Es hora de tomar esta decisión y romper ese paradigma obsoleto, pero para que suceda se requiere la firmeza de un gobernante que realmente desee un cambio y no seguir haciendo lo mismo y lo mismo, esperando que el resultado sea diferente.