
¿Qué es el rito de la sede vacante? Esto pasa tras la muerte de un papa
La sede vacante es el periodo entre la muerte de un papa y la elección de su sucesor. Conoce qué ocurre en ese tiempo
El fallecimiento del papa Francisco no solo marca el fin de un pontificado, sino que pone en marcha un meticuloso proceso lleno de tradición, simbolismo y estructura: la sede vacante.
Este término, que literalmente significa "silla vacía", se refiere al periodo en que la Iglesia Católica queda sin sumo pontífice y comienza la transición hacia la elección de un nuevo líder espiritual.
Paso a paso: qué sucede tras el fallecimiento de un papa
Todo inicia una vez que el médico del Vaticano certifica oficialmente el fallecimiento del papa. A partir de ese instante, el camarlengo —figura clave durante este intervalo— toma el control de los asuntos temporales de la Iglesia. Es él quien realiza el rito de constatación de la muerte y ordena el cierre del apartamento papal, marcando así el inicio del luto oficial.
En señal de duelo, se colocan banderas negras en la Basílica de San Pedro y en el campanario, mientras las campanas resuenan sobre la plaza, anunciando al mundo la partida del pontífice.

Durante esta etapa, cesan las funciones de todos los miembros de la curia romana —los “ministros” del papa— salvo algunas excepciones específicas. El enfoque de la Iglesia se dirige completamente a honrar la memoria del papa fallecido y preparar el camino para su sucesor.
El funeral, regulado por el documento Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, se celebra en la Plaza de San Pedro y está presidido por el decano del Colegio Cardenalicio. Esta liturgia ha sido simplificada en años recientes para destacar la esperanza cristiana en la resurrección. El cuerpo del Papa es expuesto sin catafalco ni báculo papal, en un ataúd de madera con interior de zinc.
¿Cómo se elige al nuevo papa durante la sede vacante?
Una vez sepultado —según su voluntad, ya sea en las grutas vaticanas o en otra iglesia de Roma— comienza la fase más esperada del proceso: el cónclave. Los cardenales se reúnen en la Capilla Sixtina para elegir al nuevo papa.
Votan en secreto hasta alcanzar una mayoría de dos tercios. Cuando finalmente hay un elegido, una fumata blanca asciende por la chimenea: el mundo sabe que Habemus Papam; por ende, el cónclave ha terminado
Así, la sede vacante no solo es un tiempo de reflexión y despedida, sino el puente solemne entre el legado de un pontífice y el inicio de un nuevo capítulo para la Iglesia Católica.

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