Las rocas con alta concentración de oro se guardan de forma antitécnica
Los controles en el almacenaje del material fallan, dice la Contraloría. Cuando desaparece el material, los sospechosos de minería ilegal quedan absueltos
La razón que explica cómo se logró la desaparición de las 228 toneladas de material mineralizado, con alta concentración de oro, de las bodegas de la Agencia de Regulación y Control de Energía de Imbabura está en sus procesos rudimentarios de custodia.
Además de las redes de corrupción que operan internamente, la Contraloría, en su informe con indicios de responsabilidad penal DPI-0013-2022, documenta la negligencia.
El documento indica que después de que los policías o militares incautan los sacos con rocas en operativos contra la minería ilegal, las evidencias llegan a las bodegas de la Agencia. Allí, “el material mineralizado es acumulado sin ningún tipo de disposición técnica para su control, almacenaje y sin ningún cuidado ambiental”.
En un operativo de 2018, los uniformados decomisaron un camión que cargaba 200 sacos de yute con material aurífero extraído de Buenos Aires, en el noroccidente de Imbabura. En febrero de 2021, el entonces coordinador zonal de lmbabura, quien estuvo solo nueve meses en el cargo, pidió una revisión visual del vehículo.
El inspector indicó en su informe que solo encontró el camión sin rastros del oro. “Verificadas las puertas posteriores del camión, se determina que no cuentan con ningún tipo de seguridad, por lo que fue accesible el acceso hacia el interior del mismo. Una vez abiertas las puertas posteriores del vehículo, se verifica que en el interior, no existe ningún tipo de material mineralizado, más bien ahí están localizados 25 neumáticos, sin aros”.
Un segundo caso evidencia la misma práctica, pero lo más grave es que la desaparición de la valiosa carga también ayuda para que los sospechosos de cometer minería ilegal queden absueltos de los procesos penales o administrativos.
En julio de 2019 ingresó a la bodega de la Agencia de Imbabura un furgón con 90 sacos de material aurífero, que también fue extraído de las minas ilegales de Buenos Aires.
En enero de 2021 un inspector constató que la carga había desaparecido del furgón, “sin que exista evidencia documental de cuál fue el destino y uso que se le dio a este mineral decomisado, ni las gestiones administrativas realizadas para localizarlo”, dice la auditoría. Sin la evidencia, los peritos geólogos no pueden confirmar que había oro de origen ilegal.
Este Diario ha enviado tres correos y ha llamado a la Agencia de Regulación y Control de Energía, pero hasta el cierre de esta edición no se ha dado una entrevista. Pero se informó que se está gestionando.
Para la Contraloría, esta entidad debe mejorar la custodia y control de las evidencias. Debe reubicar el stock de mineral que se encuentran en Imbabura y ordena que el nuevo espacio de bodega cumpla con las condiciones ambientales mínimas, como tener la impermeabilización del suelo (geomembrana) y los sacos deben estar cubiertos “para evitar la generación de lixiviados y filtraciones, que podrían contaminar el suelo y el aire”.
- Violencia. En marzo, Jaime Cabezas, un político local y excoordinador de Control Minero de Imbabura, fue asesinado al estilo de sicariato.
- Investigación. Otro antiguo director de Control Minero de Imbabura, Washington Esteban Espíndola Abarca, es investigado por la Fiscalía por la pérdida del material.
- Traslado. En septiembre pasado, la Agencia de Regulación y Control de Energía autorizó traslados de material mineralizado desde Imbabura a Riobamba.
