Romo: “Ochoa y Espin estan en Bolivia”
Se gestiona la detención y entrega al país de ambos procesados, dijo la ministra del Interior.
La ministra del Interior, María Paula Romo, informó ayer que el exsuperintendente de Comunicación, Carlos Ochoa y la exasambleísta Sofía Espín se encuentran en Bolivia, donde estarían tramitando un asilo diplomático.
La noticia la dio en la Asamblea Nacional, donde acudió a exponer sus argumentos en torno a la actuación policial durante el asesinato de Diana Carolina Ramírez, en Ibarra.
Romo agregó que las autoridades ecuatorianas ya se han puesto en contacto con el Estado boliviano para informarles que se trata de dos personas requeridas por la justicia.
Tanto Ochoa como Espín tienen orden de prisión preventiva. El primero está procesado por falsificación de documentos públicos para sancionar a medios de comunicación; y Espín está procesada por una visita en la cárcel a una testigo clave en el caso del plagio al político Fernando Balda.
En cuanto al femicidio de Diana Carolina, que no pudo ser evitado por la Policía el 19 de enero, Romo dijo ante la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea que “pedimos que todos los policías entrenen nuevamente en el uso de armas y nos estamos preparando para ello”.
Comandantes y excomandantes de la Policía también expusieron sus argumentos. Hablaron de las necesidades de la institución y del miedo que tienen los agentes por el nulo acompañamiento de la entidad cuando son procesados por el cumplimiento de su deber, pero también dejaron claro que les falta entrenamiento, armas y municiones.
Jimmy Acosta, excomandante provincial de operaciones de Imbabura, defendió a los policías que actuaron en el caso de Diana Carolina. Fue él, dijo a los asambleístas, quien dispuso que se efectúe un cerco y que coordinó, siguiendo la cadena de mando, desde el ECU-911, la operación de rescate de la joven.
También fue él quien habló con los policías que intervinieron, quienes le contaron que sentían miedo de actuar porque no se sienten respaldados por la institución.
El general Juan Jaramillo, comandante de la Zona 1, también defendió la actuación policial. Dijo que fue un caso muy especial para el que no reciben entrenamiento los gendarmes, a pesar de lo cual siguieron los procedimientos.
El miedo policial, aseveró, responde al antecedente del procesamiento de un policía por la muerte de un manifestante en Mascarilla (límite entre Carchi e Imbabura). Eso, dijo Jaramillo, provocó psicosis en los uniformados, que temen actuar y disparar por el temor de ser acusados y sentenciados por acciones propias del cumplimiento del deber. RTG/RA /JAA