El rumbo del Consejo de Participación espera una mayoría aún sin definir
El correísmo y el socialcristianismo toman protagonismo al colar a sus candidatos. El pulso de ambas fuerzas, según analistas, marcará su camino
El partidismo acecha. La nueva conformación del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS), conocida tras los comicios del 5 de febrero de 2023, oscila, en mayor medida, entre la Revolución Ciudadana y, en menor medida, el Partido Social Cristiano. Pese a que ninguna de las organizaciones políticas hacen mayoría por sí solas, analistas consultados por EXPRESO señalan que el panorama se presta para una multiplicidad de escenarios que, según cuál se concrete, marcará el rumbo de la institución.
Tres de los siete consejeros electos por la ciudadanía en los comicios fueron parte de la campaña que la Revolución Ciudadana emprendió para “recuperar la patria” desde el Consejo de Participación. Alembert Vera, Augusto Verduga y Yadira Saltos son una ‘pequeña gran mayoría’ que, dependiendo de su manejo político a la interna de la entidad, podrían imponer la agenda del partido político al que son afines y con ello dirigir el trabajo de la institución para lograr sus objetivos.
“Con un voto más ellos comandarían la designación de autoridades”, señala María Fernanda Rivadeneira, exconsejera de Participación destituida, y señala que la hegemonía que pueda tener el correísmo en el Pleno del Consejo dependerá que logre captar a una de las dos consejeras electas que llegan sin asociación política: Mishelle Calvache o Johanna Verdezoto.
Asimismo, Rivadeneira advierte que, según su experiencia como miembro de la institución, el poder se obtiene desde la presidencia del Consejo. “Hay que observar quién quede designado (como presidente) porque de él o ella dependerá que las cosas se muevan o no porque es quien convoca las sesiones y ubica los puntos del orden del día”, sostiene y recuerda que durante la presidencia de Sofía Almeida el Pleno estuvo paralizado más de tres meses por “intereses partidistas que afectan el trabajo”.
Otra posibilidad que se bosqueja es que, por su parte, los consejeros electos afines al socialcristianismo, Andrés Fantoni y Nicole Bonifaz, intenten formar una mayoría en el Pleno que les permita trabajar con su agenda. Sin embargo, Rivadeneira destaca que es un escenario mucho más complejo porque, a diferencia del correísmo, a ellos les tocaría captar a las dos consejeras, Calvache y Verdezoto.
El escenario más probable según Ismael Quintana, abogado constitucionalista, es que por la afinidad que ambos partidos han demostrado en otros espacios de decisión política decidan buscar una alianza estratégica. “La primera opción es que la alianza entre el correísmo y el Partido Social Cristiano de la Asamblea Nacional se traslade al Consejo de Participación”, destaca y adelanta que “no debería ser sorpresa” que encuentren objetivos en común.
La alianza del correísmo con el Partido Social Cristiano en la Asamblea Nacional podría trasladarse el Consejo de Participación.
Una posibilidad también contemplada por Rivadeneira, pero que tiene sus riesgos, según advierte. “Una Asamblea Nacional captada por poderes políticos de mayoría ejerce el control sobre los consejeros”, sostiene y señala que “no hay que omitir que algunos de los consejeros electos son afines a esos poderes políticos de mayoría. Cuidado y ellos (los consejeros electos) tendrán impunidad si quieren deshacer todo lo que se ha logrado y avanzado”.
El escenario menos probable es el caos institucional, pero que puede suceder, según comenta María Fernanda Rivadeneira. “Muchas veces el cálculo político impedía avanzar con el proceso de designación de autoridades”, recuerda y señala que, al igual que el Consejo que ella integró, el partidismo puede complicar el trabajo. “Eso se pudo observar con la presidencia de la Judicatura. La minoría nunca asistió, parte de la mayoría sí votó, pero el cálculo de Ulloa hizo que se abstenga”.
