
Sale Espinosa, entra Zambrano: ¿Qué quiere Noboa en EE. UU.? | Por Martín Pallares
Análisis | Desde su inicio, el Gobierno Nacional ha desconcertado con su relación con Estados Unidos
La decisión del gobierno de Daniel Noboa de nombrar un nuevo embajador en Washington es desconcertante. Y por varios motivos. Uno de ellos es el momento en que se hace el cambio: a pocas semanas de las elecciones se nombra el empresario Pablo Zambrano en lugar del diplomático de carrera, Cristian Espinosa. Si bien es probable que Daniel Noboa permanezca en el poder cuatro años más (si gana las elecciones este 13 de abril), también lo es que su mandato termine este 24 de mayo, es decir en apenas dos meses más.
(No te pierdas: ¿Quién es Pablo Agustín Zambrano Albuja, el nuevo embajador de Ecuador en EE. UU.?)
Esto tiene dos implicaciones: una, que es probable que Zambrano no pueda ni siquiera instalarse propiamente en Washington peor hacerse cargo de los planes diplomáticos y comerciales del país con EE. UU. Además, que resulta insólito que en apenas un año haya habido tres embajadores en la capital de ese país: Ivonne Baki, Cristian Espinosa y ahora Pablo Zambrano.
Eso, sin contar con Soledad Peña que fue nombrada por el gobierno, pero no pudo asumir porque no tenía la edad legal para ejercer el cargo y porque nunca llegó el beneplácito desde el Departamento de Estado de los EE. UU. Lo de Peña, además, supuso un papelón del gobierno cuando incluso intentó reformar la ley de servicio diplomático en la Asamblea para que Peña pueda ser embajadora pese a su edad. Finalmente, Peña permaneció como funcionaria de la Embajada. La otra implicación es que un traslado de un embajador siempre tiene un importante costo.
Nueva política internacional de EE.UU.
La decisión de Noboa también es desconcertante tomando en cuenta que ha comenzado en EE. UU. una nueva etapa de la política internacional. Una etapa que cambia completamente las lógicas que ha tenido su política exterior desde finales de la segunda guerra mundial. Bajo la administración Trump todo es impredecible y todo es distinto a lo que se ha conocido antes. Por eso, el nombramiento de un diplomático de carrera y que tenga la experiencia y el conocimiento de los intríngulis de la política de los EE. UU. hubiera sido una decisión mucho más prudente y beneficiosa para el país.
En ese sentido, fuentes diplomáticas que conversaron con EXPRESO, dijeron que Cristian Espinosa lucía como la persona ideal para seguir en el cargo, al menos hasta que se inaugure el próximo gobierno. Espinosa tiene una larga trayectoria en la Cancillería ecuatoriana y ha estado a cargo de asuntos que ahora son clave en la relación con ese país, como es el comercio exterior. “Espinosa tiene gran conocimiento de EE. UU. y las instituciones con las que nos interesa interactuar”, sostuvo el diplomático que conversó con EXPRESO bajo la condición de que su identidad quede en el anonimato.
A Zambrano, en cambio, no se le conocen antecedentes diplomáticos ni que tenga relación alguna con miembros de la administración Trump, del Partido Republicano o del Departamento de Estado. Zambrano tiene como antecedentes haber sido presidente de la Federación de Industrias y expresidente ejecutivo de la Cámara de Industrias y Producción. En medios diplomáticos ecuatorianos hubo sorpresa por el nombramiento y desconcierto porque se lo hizo en las actuales circunstancias políticas en el Ecuador y en los EE. UU.
El lobby que buscaba el actual Gobierno
El nombramiento se ejecuta, además y como un motivo adicional para el desconcierto que produce, cuando el gobierno ecuatoriano estaba invirtiendo importantes sumas de dinero para pagar a una empresa con el fin de que haga el lobby pertinente para conseguir citas con funcionarios importantes de la administración Trump. Se trata de la consultora Mercury Public Affairs LLC y, según lo que se sabe, el primer objetivo es facilitar llamadas telefónicas con funcionarios de alto nivel para conseguir una visita oficial entre los mandatarios de ambos países.
El contrato se da bajo el argumento de la emergencia institucional, declarada por la Cancillería ecuatoriana, para “garantizar los derechos de la comunidad ecuatoriana en situación de vulnerabilidad por su estatus migratorio en Estados Unidos”, debido a la radical política migratoria de Trump. El costo del contrato es de 165.000 dólares. Se desconoce si el nombramiento de Zambrano tiene que ver con estos esfuerzos canalizados por la empresa contratada.
Desde su inicio, el gobierno de Noboa ha desconcertado con su relación con EE. UU. Al posesionarse, el presidente ratificó a Ivonne Baki como embajadora en Washington lo que fue visto como un acierto por muchos dada su excelente relación con el “establishment” en Washington, pero que también fue criticado por quienes decían que era muy identificada con los republicanos como para que sea ratificada ante el gobierno demócrata de Biden.
Sin embargo, al poco tiempo Baki fue trasladada como embajadora en París sin que hubiera una explicación oficial. Al poco tiempo de eso, Noboa decidió sacar del cargo a Baki lo que hizo pensar a todos que sería para volver a enviarla a Washington ya que Trump había ganado las elecciones y es conocida la amistad entre ambos.
Sin embargo, no fue así y Cristian Espinosa asumió el cargo. Se sabe que hubo problemas entre Baki y Noboa puesto que el gobierno de Trump habría enviado el mensaje tanto a ella como al gobierno de Noboa de que estaban interesados en que ella sea elegida como la nueva secretaria general de la Organización de Estados Americanos. Por razones que no se conocen, Noboa no quiso presentar esa candidatura y la relación entre el presidente y la entonces embajadora en París se deterioró.
Todo indica que Noboa es tan desconcertante como su homólogo estadounidense.
¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!