Sale a la luz la vida silvestre de la ciudad
Treinta y una especies, incluidos humanos y perros, han sido captadas por las cámaras trampa que se instalaron desde hace seis meses en el bosque protector Cerro Blanco, en la vía a la costa.
Treinta y una especies, incluidos humanos y perros, han sido captadas por las cámaras trampa que se instalaron desde hace seis meses en el bosque protector Cerro Blanco, en la vía a la costa.
El proyecto, ganador del galardón ambiental Guayas y Quil, es dirigido por Juan de Dios Morales, magíster en Ecología por la Universidad de Melbourne (Australia) que busca con su iniciativa Guayaquil Salvaje (The Wild GYE Iniciative) inspirar a la gente y promocionar la ciudad.
Dentro de esa iniciativa se encuentra el proyecto icónico de las cámaras que persigue descubrir y asegurar si existe la biodiversidad que, se dice, habita en Guayaquil. Entre ellos el jaguar, explica Morales.
El proyecto también busca sustentar y entender de forma científica el comportamiento ecológico de las especies.
Las cámaras, 13 en total, funcionan con sensor de movimiento y con luz infrarroja para grabar incluso en las noches. Durante el tiempo que lleva ha documentado la interacción de 29 animales silvestres, de 22 familias distintas, de mamíferos y aves. Entre los que se encuentran al ocelote (conocido como tigrillo), está también el gavilán, una especie en estado de peligro, y el mono capuccino de la Costa, otra especie en peligro crítico, cuya muestra de que existió en la ciudad es el monumento levantado al pie del túnel del cerro Santa Ana, indica el investigador.
Dentro de las más de seis mil hectáreas de bosque, las especies silvestres tienen interacciones de distintas intraespecie e interespecie, dice Morales, quien elabora una investigación que aspira a publicar en revistas científicas sobre la existencia de estos animales en la ciudad. “Seguimos en la búsqueda del jaguar perdido que se cree habita en el bosque”, dice.
El proyecto se extenderá por un año, tiempo que cubre el premio otorgado por el Municipio de Guayaquil, un capital semilla de diez mil dólares para cubrir el costo de las cámaras, baterías, memorias, logísticas y sueldos.
Lo técnico
Las cámaras se activan de manera automática, con el calor de la sangre. Además, tienen una capacidad de captar 3 fotos cada 0.3 segundos y grabar vídeos en HD720.