San Biritute, una deidad peninsular que se encuentra abandonada y deteriorada

San Biritute es una deidad peninsular proveniente de culturas preincaicas; su importancia y atracción actual se basa en los poderes que le otorgan al tótem para solucionar problemas de infertilidad. Muchas parejas acuden y se observa, especialmente, a las mujeres orar para quedar embarazadas ante la figura huancavilca de piedra.

La plazoleta donde se encuentra el monolito de San Biritute, en el centro de la pequeña población peninsular de Sacachún, se encuentra deteriorada y en mal estado. Se registran fisuras en el piso y techo con los cuartones caídos, se requiere de mantenimiento para las luminarias y retoque de pintura a nivel general.

Sacachún está ubicado en la ruta de los dioses huancavilcas, que inicia en el km 40 de la vía Guayaquil-Salinas.

Los moradores de la comuna conminan a las autoridades del Departamento de Cultura del Municipio de Santa Elena, a que realicen las respectivas reparaciones del espacio turístico, donde llegan muchos visitantes a apreciar el monolito. Unos años antes, cada semana llegaban alrededor de 40 turistas, ahora la cifra se ha reducido considerablemente.

Según Dionicio Tigrero, de 60 años, es guía comunitario de la localidad, y desde hace un año no reciben turismo; los fines de semana van poquísimos visitantes a apreciar al monolito del ‘dios de la fertilidad’, principal atractivo del pueblo; se anota que la comunidad recibe ingresos del turismo con la venta de bebidas y comidas. “Nosotros como sacachuneños estamos trabajando para que nuestro pueblo salga adelante, igual necesitamos el apoyo de las autoridades por nuestros bajos recursos”, acotó el comunero.

El tótem no es el único atractivo turístico, a escasos tres minutos del lugar, bajando por la quebrada, se accede a una vereda donde están ubicados los vestigios huancavilcas encontrados en el cerro Las Negras, son figuras de piedra talladas, similares a San Biritute, conocidas como ‘las Estelas’ por los técnicos y arqueólogos, con medidas promedio de 1,20 m de alto, por 40 a 45 cm de diámetro. Además cuentan con un taller donde se elaboran réplicas de San Biritute, a base de piedras, tagua y madera, para que los turistas puedan llevar un recuerdo de la estadía en el lugar.

“Según mi parecer, este tipo de arreglos deben de ir de la mano con la comunidad, debería haber más comunicación entre los comuneros y el Municipio de Santa Elena para que se realicen los arreglos respectivos”, mencionó Johnny Ugalde, director de la Zona 5 del Instituto Nacional de Patrimonio y Cultura.

Francisco Lino, presidente de Sacachún, indicó: “solicitamos que se creen cabañas en el sitio donde están ubicadas las figuras de piedra, para que la ciudadanía pueda asistir y apreciar parte de los atributos de nuestra comunidad y así el turismo tenga algo más que conocer en su visita”, acotó el dirigente.

A este pedido se une el reclamo por la carretera Buenos Aires-Sacachún, que se ha deteriorado debido a las lluvias y el paso de vehículos.

Ritual al ‘dios de la fertilidad’

El éxodo de la población joven hacia las grandes ciudades, en busca de un mejor futuro, convierte a Sacachún en un lugar solo para ancianos. Son estos quienes cuentan que aún se le preparan ceremonias rituales a San Biritute. Consiste en golpear con un látigo al tótem, mientras las mujeres derramando lágrimas piden les dé el don de tener hijos. Hay testimonios de mujeres que aseguran haber quedado embarazadas con solo tocar el monolito. Este ‘dios de la fertilidad’ es una escultura de piedra marina, que tiene forma de hombre y mide 2,35 metros. Según la leyenda es un ser de piedra capaz de atraer la lluvia, la prosperidad y la fertilidad.