Galápagos: San Cristóbal separa a los perros y a los gatos de la fauna silvestre
Autoridades de este cantón aprueban una ordenanza modelo. Se determinarán áreas de paseo para canes, pero a los felinos se les ordena encierro
De ahora en más, en San Cristóbal cada perro irá en pareja con su dueño cuando transite por un espacio público, según una norma recientemente aprobada. Y aunque los gatos hayan sido reconocidos (legalmente y por primera vez) como animales de familia, estos están destinados a vivir enclaustrados.
Así, con medidas severas y, para muchos, positivas, uno de los tres cantones de las islas Galápagos separa a las mascotas de sus especies silvestres, con el fin de precautelar el mayor tesoro que tiene el archipiélago.
La solución real está, a largo plazo, en la esterilización obligatoria, en la educación comunitaria, en el empoderamiento de los cristobaleños en la convivencia con su entorno natural.
Para la Fundación Franz Weber, que ayudó junto a la oenegé quiteña Protección Animal Ecuador (PAE) a elaborar la propuesta, la nueva ordenanza “es un ejemplo a nivel mundial en cuanto a conservación de territorios isleños mediante la implementación de políticas publicas éticas”, para regular la convivencia con animales de la fauna urbana.
Mónica Cabrera, del Movimiento Animalista Nacional del Ecuador, aplaude la aprobación de esta normativa, que además vuelve obligatoria la esterilización de perros y gatos. “Es algo que debe darse en todo el país. Así no habría tantos animales sin dueños. Pero es importante que esto se dé en Galápagos, que es un sistema natural frágil”.
Galápagos es un sistema frágil. Deben tomar medidas de este tipo, que protejan las especies silvestres. Gatos y perros sueltos se reproducen, y se vuelvan ferales en el afán de buscar alimentos.
Igual opina Estefanía Pareja, de la organización Rescate Animal, quien considera que la obligatoriedad debe implementarse en todos los entornos habitables aledaños o dentro de zonas protegidas, que tienen animales endémicos y en peligro de extinción; y en los que no se implementan estas políticas públicas, por lo que perros y gatos deambulan libremente.
Pero la ordenanza genera ciertas dudas: lo de su ejecutabilidad como norma de control y el tema de los chips. ¿Quién correrá con el gasto del pago de este dispositivo, cuyo costo está entre los 25 y los 35 dólares?
“Ese es un tema que se debe resolver. En la situación actual, son muchas las familias que no están en condiciones de asumir ese costo”, dice Pareja.
La colocación de chips para las mascotas en nuestro cantón aún no tiene fecha de inicio. Antes habrá una fase de socialización de la ordenanza, que durará por lo menos seis meses.
Acerca de que la norma se cumpla, Jorge Vásquez, representante de la Fundación Franz Weber en Galápagos, asegura que “la ordenanza se ha diseñado para que sea ejecutable”, aunque no aclara de qué manera.
Mientras que por su parte el concejal Gianni Arismendi aclara que al Cabildo le correspondió un trabajo de más de dos años para elaborar el documento, como para que se quede finalmente en el papel. “Galápagos necesita este tipo de ordenanzas y la haremos viable”, agrega.
Ni en las playas, ni en los malecones
La ordenanza desarrolla un conjunto de medidas, como la delimitación de zonas de paseo permitidas para mascotas. Malecones y playas son áreas prohibidas. Los paseos son exclusivos para perros y siempre con correa. Para la elaboración de la norma, la Fundación Franz Weber censó a 400 familias. Identificó a 1.137 animales domésticos y de compañía. De los entrevistados, un 46 % indicó que sus animales no están esterilizados. El 31 % de la comunidad rescató o adoptó animales sin hogar.
