San Lorenzo restaura su muelle para así alejarse de la violencia
Unos 55 metros de este puente han sido restaurados con madera y pintura por manos de sus locales
Después de más de 5 años de haberse derrumbado por el óxido de sus columnas, el muelle de San Lorenzo vuelve a tomar forma. Unos 55 metros de este puente, situado frente a frondosos manglares, en el norte de la provincia de Esmeraldas, han sido restaurados con madera y pintura por manos de sus locales que intentan así atraer el turismo y con ello contrarrestar el efecto que van dejando las bandas delictivas en la ciudad.
“Queremos mostrar que en San Lorenzo también hay atractivos turísticos, que es una ciudad donde se puede pasear”, cuenta Victoria Rodríguez, quien restriega con cepillo y limpia con agua las escalinatas. Es parte de una minga de más de 18 personas que trabaja bajo un sol que quema la piel, con la intención de mejorar ese punto turístico que guarda la más melancólica historia de un ferrocarril y el atraque de enormes barcos.
En San Lorenzo habitan unas 85.000 personas y según los registros al ECU-911, desde enero hasta mediados de abril, se han reportado ahí 7 asesinatos, aunque la ciudadanía menciona que solo en las últimas tres semanas se han dado al menos 10 tiroteos y 6 muertes. Dejándose ver como un cantón que sigue siendo inseguro pese a los controles y restricciones tras la declaratoria del conflicto armado interno que duró 3 meses.
No obstante, más allá de los esfuerzos desde el turismo y los proyectos sociales, los equipos de las Fuerzas Armadas que recorren y controlan el crimen en esa ciudad consideran que otras decisiones, desde el Gobierno específicamente, se podrían tomar para mitigar mejor la delincuencia.
“Al terminarse el estado de excepción, el presidente del país, Daniel Noboa, nos restringió la inviolabilidad del domicilio. Y nuestro éxito para controlar la situación y llevarla a un estado tolerable, durante ese periodo, fue poder ingresar a las casas de sospechosos sin orden judicial”, menciona a EXPRESO el comandante del Batallón de la Infantería de San Lorenzo, Milton Mendieta.
Una medida, detalla, que sumada al toque de queda, sería bueno volverla a aplicar en puntos aún con mucho por trabajar, que tienen influencia de carteles de droga como San Lorenzo, donde en los últimos 3 meses han desmantelado dos laboratorios de cocaína, en el límite con Colombia. Lo que se sumaría a los patrullajes y controles constantes de los militares en el casco urbano, carreteras y mar. “Toque de queda para evitar tanto movimiento de las bandas delictivas en las noches”, explica.
Y es que la violencia en San Lorenzo se debe, explica Mendieta, a las disputas por los corredores de la droga. Las bandas que atemorizan al cantón no se dedican al microtráfico como pasa en otras ciudades como Esmeraldas o Guayaquil, sino a custodiar el paso seguro de alcaloide desde Colombia con destino, primero a los puertos de Esmeraldas, Manta y Guayaquil y después al exterior.
“Desde Colombia son dos grupos que envían droga por San Lorenzo y hacen exactamente lo mismo, pero son enemigos. Ellos tienen bandas aliadas en el cantón que se concentran en ciertos barrios y que así mismo, son rivales” de ahí los constantes enfrentamientos que obligan a los sanloreceños a encerrarse en sus hogares y evitar salir.
Esta conexión, detalla, sin duda se debe a la permeabilidad de la frontera, ya que de San Lorenzo a su vecino Tumaco en Colombia, el viaje está a menos de dos horas por tierra o mar, sin contar los caminos ilegales. De ahí que este cantón esmeraldeño sea un punto estratégico.
“Los carteles mexicanos venden droga, no la producen. La que produce es Colombia y es a la que le hacen el pedido. Colombia saca su producción por Ecuador y la pasa por San Lorenzo. ¿Por qué? Porque estamos en el límite político y Colombia no tiene tanta presencia militar en ese límite y por eso cultivan coca sin problema, bajo manos y control de guerrillas”, detalla.
Además de continuar con los allanamientos y los toque de queda, Mendieta resalta la importancia de mejorar en ese punto fronterizo los controles migratorios, ya que el vaivén de delincuentes colombianos y ecuatorianos entre ambas naciones se toma también como estrategia para evitar la ley. Por ejemplo, cuando se realizan operaciones militares, desde capos hasta sicarios pasan de San Lorenzo a Colombia y viceversa, para esconderse, hasta que los controles cesan.
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