Sauces 1 empieza a renacer
Luego de años de gestiones, los vecinos de al menos 24 manzanas fueron escuchados. Vivieron 40 años en abandono, entre lodo, maleza y polvo.
Cuando las maquinarias empezaron a llegar a los terrenos, que aún permanecen repletos de tierra y lodo, se volvieron locos de la emoción. “No dejaba de gritar porque estaba realmente emocionada. Entraba y salía de casa y llamaba al resto para que salga a mirar. Esa era la muestra del esfuerzo de todos los vecinos...”, relata Cecilia Rodríguez, residente de la manzana 19 de Sauces 1, una de las veinticuatro que serán regeneradas luego de 40 años de abandono total.
Los trabajos que iniciaron hace poco, el 3 de enero, surgen luego de que el problema haya sido evidenciado y publicado por EXPRESO una serie de veces.
“Fueron tantas las ocasiones que nos quejamos, tantas las gestiones que hicimos al Municipio de Guayaquil. Fueron tantos los relatos de las desgracias que vivimos, que finalmente las autoridades nos hicieron caso. Y eso es lo que nos contenta”. Es una batalla ganada, la primera, piensa.
El lunes este Diario hizo un recorrido por el sector, donde cada invierno -según relatan las familias- el agua les llega a las rodillas y los caminos se convierten en una especie de “arenas movedizas” que dificultan incluso el paso a las ambulancias y patrullas que intentan ingresar; y pudo confirmar que las obras, que comprenden el levantamiento de camineras, peatonales y canales de aguas lluvia, han iniciado.
Aunque a los habitantes -que hasta entonces han sido los únicos de Sauces 1 que no estaban urbanizados- aún no conocen a ciencia cierta qué pasará con las calles de tierra, puesto que aún nadie se lo ha dejado claro, afirman; Manuel Bermeo, fiscalizador de la obra, dijo a EXPRESO que se colocará concreto.
Además dijo, que a lo largo de cuatro meses, que es el plazo que tienen para trabajar, van a colocar alcantarillado, instalar luminarias y harán una zona de parqueo, también de concreto, en un espacio aproximado de 2 metros de ancho por 12 de largo.
Para Carlos Guerrero y Adrián Lima, también residentes, de cumplirse todo, de renacer el vecindario, el entorno no solo mejorará, sino también la salud de los vecinos. Ambos, que han residido en el lugar desde que nacieron, coinciden, han desarrollado una serie de alergias y han sido propensos a contagiarse de otras enfermedades.
“En esta época abundan los mosquitos porque todo se llena de maleza. Nosotros siempre cortábamos el monte, pero volvía a crecer. Y los insectos se te metían a la casa, aumentando así el riesgo de enfermarte de dengue, al igual que el polvo. Hubo días que no sabía qué era peor”, lamenta Guerrero, quien admite sentirse aún un tanto incrédulo respecto a los trabajos.
Y es que son tantas veces las que el personal del Cabildo ha ido a medir los terrenos y a inspeccionar las áreas y luego no se ha hecho nada, explica, que teme que ahora pueda pasar lo mismo.
“Muchas veces se dijo que íbamos a ser intervenidos, pero al final nunca pasó nada. Hubo vecinos que murieron sin ver el cambio en su cuadra. Es triste. Solo no quiero que eso pase ahora. Ojalá y el Municipio cumpla lo planificado”, resume.
Alexandra Laborde, presidenta del consejo barrial de Sauces 1, destaca de esta lucha, que duró años, que los habitantes hayan afianzado sus lazos.
“Sin pensarlo, nos convertimos en una hermandad”. Un grupo, que reconoce con orgullo, la integran también los niños y docentes de las dos escuelas que forman su entorno, y los feligreses de la iglesia San Miguel Arcángel que allí se levantan, y asimismo se vieron afectados.
“Por años fuimos invisibles. Fue gracias al trabajo en conjunto que salimos adelante. Aquí actuamos como amigos, compañeros, hermanos”.
La cifra:
100 familias aproximadamente integran el área que ha empezado a regenerarse.