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Petroecuador, pese al ajuste, continuó con proyectos de refinación.
Petroecuador tiene saldos negativos si se compara con 2019.archivo

El sector petrolero nacional enfrenta números rojos en todas sus actividades

Un semestre con saldo negativo. La demanda de derivados cayó y la rotura del SOTE frenó la transportación

Todos los datos son negativos. El principal generador de recursos para el Gobierno ecuatoriano -a más del endeudamiento y la recaudación de impuestos- es el petróleo. En el primer semestre del año, sin embargo, ese producto ha tenido uno de sus momentos más bajos.

No se trata solo de la caída de precios en el mundo por la pandemia de COVID-19. También hubo problemas en transporte, refinación, comercialización y hasta demanda del crudo y sus derivados.

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El reporte estadístico mensual de la empresa pública Petroecuador muestra, por ejemplo, que las fallas en el Sistema de Oleoductos Transecuatoriano (SOTE) tuvieron un costo elevado. En el primer semestre del año se transportaron 79 millones de barriles de petróleo. En el mismo periodo, pero de 2019, el crudo movilizado llegó a 94,8 millones. Una contracción de 16,6 %.

Esta disminución responde, explica Petroecuador, al hundimiento de tierra en el sector de San Rafael, en el límite entre Napo y Sucumbíos. Eso provocó la rotura de los oleoductos y del Poliducto Shushufindi-Quito.

Petroecuador aseguró que para evitar nuevas paras vinculadas a la erosión regresiva en el río Coca se construyeron tres variantes en el sistema de transporte y está en implementación una cuarta. Las autoridades esperan que no se tenga que suspender actividades nuevamente.

El pasado fin de semana, sin embargo, hubo una nueva suspensión de horas por una emergencia en el Oleoducto de Crudos Pesados (OCP). Según la empresa, la actividad se retomó con precaución y monitoreo permanente del comportamiento del río.

Los números negativos de Petroecuador
Los números negativos de Petroecuadorexpreso

Pablo Flores, gerente general de Petroecuador, resaltó que no se tuvo que suspender el bombeo de manera significativa en el SOTE porque “desde los trabajos de abril ya nos alejamos de la zona de emergencia”.

El fenómeno natural del río Coca no es el único factor que afectó a la principal empresa pública del país. En refinación también hay novedades. En el primer semestre del año, por problemas técnicos y eléctricos, la refinería de Esmeraldas ha parado trece veces.

La planta fue supuestamente repotenciada durante el gobierno del expresidente Rafael Correa. Se gastaron 2.200 millones de dólares y no se repararon problemas profundos de la refinería más importante del Ecuador.

El resto de refinerías estatales también paró temporalmente por la baja demanda de derivados de crudo.

En cifras, las cargas para refinación pasaron de 141.894 barriles diarios, en 2019, a 100.270 barriles diarios, en este año. 29,3 % menos.

La consecuencia de menos refinación es menos producción de combustibles. En 2020, se produjeron 148.684 barriles diarios de derivados de crudo. La cifra es 28,6 % más baja de los 208.168 barriles que se elaboraron diariamente entre enero y junio de 2019.

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La emergencia sanitaria, a más de impactar en el precio y de disminuir la exportación de crudo, también tuvo un efecto interno. El aislamiento domiciliario y las restricciones de movilidad provocaron que haya poca demanda de combustibles. Ecuador, en promedio, requería 248.880 barriles diarios de derivados en 2019. Este año, ese valor -que se complementa con importaciones- fue de 181.195 barriles. 27,2 % menos.

Los números a la baja dan cuenta de menos ingresos para el Estado por la comercialización de petróleo y sus derivados. Un indicador que preocupa por la necesidad de dinero que tiene el gobierno del presidente Lenín Moreno.

La reducción de dólares dentro del Estado tiene un efecto cíclico en Petroecuador. Según su reporte de personal, más de cien funcionarios fueron desvinculados de la entidad entre 2019 y este año.