Seguiremos barajando los dias
Esta semana que comienza mañana incluye a Nochebuena y Navidad. El mundo cristiano, del que somos parte, las celebra con gran fervor, en ocasiones más frívolo y menos religioso de lo que debería. Aunque ahora, tal vez sin los tradicionales “despilfarros o generosidades”, en razón de la crisis que nos agobia.
Para nosotros en Expreso, el mes que empieza a irse nos deja la tristeza de la partida de Jorge Vivanco. Nos queda el agridulce de la pena compartida con los ecuatorianos que aman las libertades, luchan contra la corrupción y sueñan con un mejor país. Esos compatriotas son los dignos de aprecio. Los otros, sumándolos, apenas lastre cívico que ojalá despertara de su pétreo ensimismamiento y pensara: ¿se dirá de mí como se ha dicho del periodista Vivanco cuando yo muera? ¿Habrá la posibilidad de que se escriba sobre algo de valor que en mi trayectoria vital pudiese ser digno de destacarse? ¿Me dedicarán la caricatura del día siguiente de mi partida los diarios del país? ¿Estarán orgullosos mis hijos del apellido limpio y del patrimonio de patriotismo y de honradez que les dejo? ¿Se puede llamar éxito al logro de una significativa acumulación económica, conseguida no con trabajo creador sino asaltando los fondos públicos? En fin, quede claro que estamos orgullosos de haber contado con Don Jorge en estas páginas, aunque solo acumuló ciudadanía, el afecto de los suyos y el aprecio de todos los que con él también nos pasamos barajando los días o matando canallas con nuestro cañón de futuro.
Sin embargo, es notorio que ese esfuerzo no basta si no es compartido por todos los ciudadanos. La coyuntura política, económica y social que estamos viviendo, pese a toda la parafernalia desplegada por la propaganda oficial, no oculta el pobre país en que nos estamos convirtiendo, con los viejos valores escondidos y nuevos valores que no son los nuestros. Sin nostalgia de pasado, es evidente que de ese modo no vamos a garantizar futuro. Resulta obligatorio un esfuerzo profundo de reflexión, para todos juntos rescatar a la República de la posibilidad de transformarnos en otra Venezuela u otra Nicaragua.
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