Seguridad de 24 horas en la guerrilla
La incertidumbre sobre cómo se garantizará la seguridad de los guerrilleros una vez dejen las armas, ronda la mente de muchos de los miembros de las FARC que esperan en sus campamentos a que llegue la jornada ‘D+5’ en la que empezarán a abandonar sus f
La incertidumbre sobre cómo se garantizará la seguridad de los guerrilleros una vez dejen las armas, ronda la mente de muchos de los miembros de las FARC que esperan en sus campamentos a que llegue la jornada ‘D+5’ en la que empezarán a abandonar sus fusiles.
“En nuestra seguridad es en lo que nosotros siempre estamos pensando”, explicó ‘Jenny Cabrales’, de 34 años, 19 de ellos en la guerrilla. Pese a ese temor latente a qué pasará cuando deje su fusil y “tome la palabra”, cree que si el objetivo es alcanzar la paz deben “arriesgar y eso incluye la vida”.
Desde su campamento en las estribaciones de la Serranía del Perijá, cercana a la aldea de Conejo, en el caribeño departamento de La Guajira, ‘Jenny’ piensa en su futuro.
Pese a que las condiciones de seguridad del grueso de la guerrilla en las zonas de campamentos ha mejorado desde que comenzó el cese bilateral del fuego en agosto pasado, en ese punto de preagrupamiento transicional los guerrilleros mantienen vigilancia armada las 24 horas del día.
A la duda sobre la seguridad personal de los guerrilleros se suma la incertidumbre frente a su futuro laboral, ya que muchos de ellos no saben de qué van a vivir, cómo se van a sostener, en qué se podrán emplear en el momento en que definitivamente entren a la vida civil y ya no estén bajo el amparo de la guerrilla.
El plan de ‘Jenny’, al igual que el de muchos de sus compañeros, es “empezar a realizar una labor comunitaria de organización de masas” y dedicarse de lleno al trabajo en el partido político legal que funden las FARC tras desmovilizarse. EFE