Lo seguro en lo inseguro

En los últimos años la inseguridad es tópico de toda reunión, sin importar condición social o económica; todos, de una u otra manera, hemos sido afectados por la delincuencia, considerando como tal el asalto, robo, secuestro extorsivo, sicariato, microtráfico, consumo y macrotráfico de drogas, etc.

Es también inseguridad la justicia corrupta, con jueces venales, que tuercen la justicia a favor del mejor postor, como si de un bien, sujeto a remate se tratara. Justicia que se encuentra divorciada de la labor policial, la cual arriesga la vida de sus miembros, combatiendo la delincuencia pese a que a los pocos días los delincuentes salen a seguir delinquiendo, como si se tratara del juego del gato y el ratón, con la diferencia de que las ratas son las que llevan las de ganar, porque sus colegas en el poder en la última década les aseguraron el terreno, desarmando a la ciudadanía, legalizando el consumo, convirtiendo al delito en infracción, asegurando la indefensión de la ciudadanía al cubrir el rostro del delincuente.

El resultado: los delincuentes andan libres por las calles, armados hasta los dientes, arrebatando bienes y vidas, mientras los ciudadanos honestos nos encarcelamos en nuestras viviendas para salvaguardarnos de los protegidos por el correato.

Añoro los noventa y el primer quinquenio del nuevo siglo, cuando enfrentaron a la delincuencia de manera conjunta la empresa privada, Policía, Municipalidad, Fuerzas Armadas, y compañías de seguridad, todas coordinadas por la CSCG, Corporación para la Seguridad Ciudadana de Guayaquil, con excelentes resultados.

Este esfuerzo es hoy inexistente gracias a la revolución de la corrupción, que tiró al traste dicha iniciativa.

Los ciudadanos debemos recuperar el derecho a defender nuestra vida y la de nuestra familia. Debemos exigir al gobierno que nos permita portar arma, con su respectivo permiso; debemos exigir también reinstaurar iniciativas como las descritas en líneas anteriores, para poder combatir de manera efectiva a la delincuencia, caso contrario, la única seguridad es que seguiremos sumergidos en la inseguridad.