Rafael Cuesta: Seis reglas para ganar… o perder una consulta popular

La primera y más importante regla para ganar una consulta popular es tener popularidad. Aunque las preguntas sean de interés y beneficio para el país, si el presidente carece de popularidad, la respuesta del electorado será en contra. 

Eso le pasó a la dictadura militar en el referéndum de 1978 cuando proponía una nueva constitución. Le sucedió a León Febres-Cordero cuando propuso que los independientes puedan ser candidatos y el pueblo le dijo que no. También le sucedió a Sixto Durán Ballén al final de su mandato cuando propuso reformas a la seguridad social y la descentralización del Estado. Y le pasó a Guillermo Lasso en la consulta de 2023 en la que preguntaba sobre la extradición de delincuentes, reducción del número de asambleístas y seguridad.

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Todos ellos perdieron porque su popularidad era baja en el momento en que se realizó la votación. Esta regla la cumple Daniel Noboa, quien todavía goza de buena aceptación en la ciudadanía.

Segunda regla: No hacer demasiadas preguntas. Rafael Correa, quien ganó todas las consultas, se dio cuenta a tiempo de que podía perder la última en 2017 sobre los paraísos fiscales e hizo solo una pregunta; logró apenas el 55 % de respaldo. 

Si hubiera incluido más preguntas era posible una derrota. Los expertos aseguran que deben ser entre tres y siete preguntas, máximo. Fabián Alarcón ganó las tres preguntas con las que el pueblo ratificó la destitución de Abdalá Bucaram y aprobó su designación como presidente. Alfredo Palacio también hizo tres preguntas. 

Intrascendentes, pero con el propósito de adquirir legitimidad política y ganó. En esta regla, la consulta de Daniel Noboa flaquea. Hasta ahora tiene once preguntas y podrían ser dieciséis. Récord de preguntas para una consulta en Ecuador. El récord lo tenía Rafael Correa con 10 preguntas en 2011.

Tercera regla: Si hacen muchas preguntas, que sean para cambios profundos, que interesen al país y que la popularidad del Gobierno sea más fuerte que el dólar.

Las preguntas de la consulta de Daniel Noboa tratan, en su mayoría, sobre reformas legales que pueden ser enviadas a la Asamblea sin necesidad de consulta. 

Si Noboa tiene mayoría en la Asamblea gracias al pacto con RC5 y PSC, debió apelar a ese acuerdo en lugar de someternos a una votación que puede perder. Pero es posible que Noboa se encuentre en una situación en la que sus aliados no quieran apoyar sus reformas y por eso prefiere consultar al pueblo. 

Esa sería una razón válida y respetable, no obstante, también significa que sus aliados harán campaña en contra, especialmente por la cercanía de las elecciones presidenciales.

Cuarta regla: Encontrar aliados. Lanzar una consulta de 16 preguntas sobre diferentes temas crea dispersión, atomiza el voto y divide al electorado. Basta que una pregunta incomode al votante para provocar que su voto sea en contra de todas. También puede suceder a la inversa y quizás por eso está ahí la pregunta de los casinos. 

Mucha gente desea el retorno de las casas de juego porque se perdieron innumerables empleos y, a pesar de que la pregunta no tiene coherencia con otras preguntas que tienen su justificación en el lavado de activos a través de los “juegos de azar”, podría atraer a muchos votantes para que voten todo sí. En todo caso, sus aliados ya están pensando en la elección presidencial, cuya convocatoria será en octubre y no creo que se la jueguen por él. 

Noboa deberá incrementar su base de popularidad sustancialmente porque va a una votación casi sin aliados políticos. 

Si gana podrá decir que les ganó a todos juntos y su reelección estaría casi asegurada, pero si la pierde, perderá todo su bagaje político de un solo plumazo.

quinta regla: Evaluar el contexto del país. Este es un punto que juega a favor de Noboa. Hoy el país se encuentra casi al borde de la desesperación por la inseguridad y cualquier propuesta relacionada con el combate a la delincuencia va a ser aprobada, a menos que no cumpla con la primera regla.

Sexta regla: Comunicación y comprensión por parte del electorado. Creo que el Gobierno tiene un excelente equipo de comunicación y sabrá hacer un buen trabajo. Una comunicación sencilla, pero contundente, que destaque la necesidad de los cambios legales para mejorar nuestra seguridad, no es muy complicado de lograr. 

El votante solo tiene que saber que si responde favorablemente su seguridad va a mejorar. Sin embargo, el mezclar las preguntas de seguridad con los casinos o con otros temas que aún no sabemos, puede confundir al electorado y conseguir que se genere rechazo o molestia por la incapacidad de comprender tantos temas. Insisto, son demasiadas preguntas redactadas de manera demasiada compleja.

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