De la selva a Holanda, el chocolate de las waorani
La necesidad de mejorar sus economías domésticas motivó a un grupo de 169 mujeres waoranis a asociarse en un proyecto artesanal utilizando como materia prima la chambira. Actualmente tienen más de una década desarrollando su labor con esta fibra a la q
La necesidad de mejorar sus economías domésticas motivó a un grupo de 169 mujeres waoranis a asociarse en un proyecto artesanal utilizando como materia prima la chambira. Actualmente tienen más de una década desarrollando su labor con esta fibra a la que dan color con productos vegetales de la selva oriental.
Emprendieron el proyecto con la idea de generar trabajo en su comunidad elaborando productos como bolsos y carteras de muy buen acabado. De este modo crearon una alternativa de mejora a la economía de la comunidad.
El proyecto, iniciado en el 2005, contempla la permanente capacitación tanto en el manejo de la materia prima como en el contexto de la comercialización y distribución de los productos.
Con el paso del tiempo la organización artesanal decidió incursionar en nuevos productos. Al tener sus cultivos de cacao, maní y maíz, decidieron dar valor agregado a los productos agrícolas y emprendieron la fabricación de chocolate.
Desde entonces todas las mujeres waoranis comenzaron a cultivar cacao en sus parcelas. La asociación les garantiza la compra de su producción. Vista la eficiencia con que están trabajando, varias instituciones los han apoyado para optimizar el proyecto.
Una ONG internacional los ayudó con asistencia técnica, capacitación y todo lo necesario para empezar el cultivo y proceso del cacao.
La asociación emprendió la fabricación de barras de chocolate para una empresa holandesa interesada y dispuesta a pagar un muy buen precio por el producto en esa presentación.
Según María Ponluisa, coordinadora del proyecto, el cacao que sale de nuestra Amazonía es de excelente calidad y aroma. Otro de los objetivos del proyecto fue reducir la venta de animales silvestres en el mercado de Pompeya, provincia de Orellana, y en la provincia de Napo, al tener una actividad productiva que no implica vulnerar la fauna silvestre.
La asociación está asentada en tres provincias: Napo, Pastaza y Orellana, con 350 mujeres emprendedoras trabajando en una labor comunitaria que beneficia a las familias waoranis de las tres provincias.
La sede de la agrupación está ubicada en Puyo, provincia de Pastaza. Actualmente la dirige Patricia Nenquiwui.
Pensando en la mejor forma de comercialización, la asociación formó una tienda donde venden tanto sus artesanías con chambira como el chocolate, que tiene ya una marca registrada. A los artesanos de la comunidad la tienda les recibe sus productos. Sobre el precio de venta el artesano recibe el 70 % y el 30 % restante queda en la asociación para gastos administrativos.
Los waoranis, pensando en el futuro de sus hijos e intentando tener una visión ecologista y práctica, les han inculcado ser respetuosos de sus bosques, pues piensan que ellos les proveen de todo y deben ser agradecidos con la madre naturaleza. (F)