
La semilla de la paz en la ruta del Tahuantinsuyo
El sonido agudo del cuerno se escuchó en todo el páramo en el sector El Arenal, límite entre Bolívar, Chimborazo y Tungurahua.
El sonido agudo del cuerno se escuchó en todo el páramo en el sector El Arenal, límite entre Bolívar, Chimborazo y Tungurahua. Ni la fuerza enérgica del viento, que parecía que se llevaba todo a su paso, detuvo a quien anunciaba la llegaba de los nueve atletas que recorren la ruta del Tahuantinsuyo.
La Pachamama, el Taita Inti y el dios viento parecían celebrar la llegada de quienes en su ruta hacen conciencia sobre el cuidado del planeta.
Los atletas son parte de la carrera Continental que busca unir Ushuaia (la ciudad del Fin de Mundo en Argentina) con Alaska y este año se concentrará en Panamá con la participación de diferentes pueblos originarios.
En 1992 empezó la fecha para honrar a los ancianos que simbolizan la historia viviente de cada pueblo. Se denominó “Jornadas de la paz y dignidad”. La carrera de posta se la hace cada cuatro años y esta es la séptima edición.
Recorren Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia hasta llegar en noviembre, con la luna llena, a Panamá.
Será en esa fecha cuando se hará el encuentro del cóndor y el águila, para honrar “el espíritu de la semilla y la vida”, como una manera de responder el llamado de la Pachamama, mencionó René Bergara, del pueblo Aymara de Argentina.
El atleta explicó que en las zonas andinas de cada país los reciben con una ceremonia ancestral en la que se elevan plegarias a la Madre Tierra.
El Arenal fue el sitio escogido. Daniel Salazar, presidente de la Asociación Athi Yachak, de Píllaro, indicó que, según la visión andina, es un lugar cósmico y propicio para dar gracias a la Pachamama (Tierra) y al Inti (Sol).
“Aquí se concentran los cuatro elementos de la vida: agua, viento, sol y el fuego. Es un lugar sagrado”, mencionó.
Empezaron el recorrido el 3 de mayo. En cada pueblo dejan el mensaje de que hay que volver a ofrendar y ser más bondadoso con la naturaleza.
La carrera tiene su origen en una profecía ancestral, que dice que el águila del norte se debe encontrar con el cóndor del sur para mirarse nuevamente, como una metáfora del reencuentro de los pueblos que fueron divididos, cuenta Bergara.
Por esta razón, en forma paralela, desde Alaska un equipo viene uniendo diferentes ciudades. En su caso comenzaron el recorrido en enero y también pretenden llegar a Panamá, donde se reunirán con el grupo del sur que salió en mayo desde la provincia de Tierra del Fuego (Ushuaia, Argentina). Todo se concentrará en la luna llena en Panamá.