La sentencia contra Carlos Pólit, condena para la historia del Ecuador

La condena a Carlos Pólit en Miami tiene significados muy potentes para la historia del Ecuador. Por ejemplo, que el funcionario del Estado que se supone estaba para cuidar los dineros públicos, es decir el contralor del Estado, se haya enriquecido desaforadamente precisamente con ellos. Algo que, sin duda, resulta insólito en cualquier país que tenga mínimas pretensiones de decencia. 

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Esa imagen de un contralor corrupto es el mejor retrato posible de un momento histórico, donde en el Ecuador operó un sistema en el que el aparato estatal estaba al servicio de un grupo de funcionarios que asumieron que los recursos de la nación debían financiar sus ansias de enriquecimiento personal y de financiar las actividades del movimiento político al que pertenecían.

Todos los caminos de la corrupción se cruzaban en la figura de Pólit: desde las coimas para conceder contratos de seguros de la aseguradora estatal Sucre a sus amigos, hasta los aportes ilegales de empresas corruptas como Odebrecht para financiar el trabajo partidista del correísmo. 

Pólit es algo así como el epítome del libro sobre el funcionamiento del Estado que el correísmo escribió durante los 10 años que estuvo en el poder: si tienes el poder para decidir políticas públicas tienes la oportunidad de apropiarte de los recursos que supone la toma de esas decisiones.

Si bien el correísmo trató de marcar distancia con Pólit durante los últimos años, lo cierto es que jamás podrá borrar los gestos y las conexiones que tuvieron con él y que demuestran que él era piedra angular en la arquitectura del Estado, durante lo que se llamó cínicamente la década ganada.

Pólit será por siempre un clavo del que no podrá desentenderse jamás el correísmo: hay videos que circulan en redes y en especial TikTok donde aparecen Rafael Correa y Jorge Glas mostrando su simpatía y hasta cariño con Pólit. Esos videos estarán ahí por siempre para recordar a las audiencias las conexiones que siempre hubo entre los cuadros del correísmo y Pólit.

El excontralor, además, representó la forma en que durante los 10 años de correato se calificaba a los funcionarios, que eran escogidos por su propio sistema, para ser útiles a los corruptos de los más diferentes signos. 

El que haya sido el contralor calificado como 100/100 por el aparato correísta no es poca cosa cuando se considera que una valoración similar a la que le dio el correísmo para entronizarlo en la Contraloría sirvió a ese movimiento para descalificar y deslegitimar a la fiscal Diana Salazar, llamándola la fiscal 10/20. Lo del contralor 100/100 quedará marcado para siempre para dejar sin legitimidad a los ataques correístas en contra de la fiscal.

No es menos extraordinario que la condena en Miami haya llegado casi exactamente siete años más tarde del día en que la justicia secuestrada por el correísmo condenó a la Comisión Nacional Anticorrupción por haber investigado a Pólit. 

Esa condena de un año de prisión a todos sus miembros se produjo un 22 de abril de 2017, es decir siete años y un día antes de que el tribunal de Miami haya enviado a Pólit a las mazmorras de La Florida por lavado de activos y corrupción. Bonito aniversario de un gesto ruin, por cierto.

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