Sentencian a hombre a un año de prisión por crucificar ave en peligro de extinción
La figura es como 'autor' por delito contra la flora y fauna silvestre
Este lunes 5 de junio del 2023 un tribunal de Napo sentenció a Narciso Rodolfo Viscaino Bonilla, a un año de prisión por atentar contra el águila andina (Spizaetus isidori)-especie en peligro de extinción- en un finca en la vía Baeza, en la provincia amazónica de Napo, en febrero del 2021.
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Leer másEl sentenciado indicó que no sabía que era un águila andina en peligro de extinción. En su defensa afirmó que un trabajador ocasional llamado “Nelson” encontró el ave muerta en el guadual y la levantó para embalsamarla y por eso la puso en esa posición. Sin embargo, “Nelson” no testificó en el juicio.
Una experta de la Fundación Cóndor Andino y un veterinario le realizaron la necropsia al ave. Ambos declararon que el animal murió en 'agonía' por "una fractura expuesta del ala, que los perdigones atravesaron su cuerpo".
Sobre el peligro de extinción del ave, una bióloga de la Fundación que, también testificó, explicó que el águila andina es la tercera en tamaño en Ecuador, que mide hasta dos metros cuando es adulta, que empieza su etapa reproductiva al tercer año de vida y que solo pone un huevo cada año o máximo dos. “El águila por la que se desarrolla este juicio iba a dar –en promedio– un pichón por año, durante 15 años. Entonces no solo se mató un ave”, sostuvo.
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Leer másAcotó que solo hay 200 especies adultas en el Ecuador y que la causa principal de muerte es por cacería: “hay gente que le tiene miedo. El ave no es migratoria y se encuentra en todo el callejón interandino”.
En los testimonios Luis, biomonitor que se encarga de verificar la existencia y ubicación de nidos de cóndores y otras aves afirmó que a unos 800 metros de la finca del procesado, en un pico de montaña, existió un nido en 2018 donde nació un polluelo. Pero que, desde el encuentro del ave crucificada, no ha vuelto a suceder un anidamiento.
El águila por la que se desarrolla este juicio iba a dar –en promedio– un pichón por año, durante 15 años. Entonces no solo se mató un ave