Sinaloa conquistó adeptos en el Ecuador ya desde la década del 90
En 2007 la DEA de EE. UU. abrió una investigación reservada al capitán Castro y contactos. En 2009 se recomendó el retiro de la visa a un excomandante
Que EE. UU. retire la visa a un general no es nuevo. Que la información sobre actos de corrupción que involucra a ecuatorianos, civiles o uniformados llegue de ese país, tampoco es una novedad, pero sí una alerta.
En 2009 se divulgó un cable diplomático que recomendaba el retiro de la visa del comandante de la Policía Jaime Hurtado, designado por el expresidente Rafael Correa. En esos días, el entonces comandante indicó que la Embajada no le había comunicado nada. EXPRESO buscó sin éxito la versión del exfuncionario.
En el mencionado cable se señalaba que Hurtado “utilizó su cargo como comandante de la Policía Nacional y su influencia personal para extorsionar en dinero en efectivo y en propiedades, apropiarse indebidamente de fondos públicos, facilitar el tráfico ilegal de personas y obstruir la investigación y procesamiento judicial de compañeros corruptos”. Se mencionaba a cuatro policías más para el posible retiro de la visa.
Por esos mismos años, recuerda el exjefe de Inteligencia del Ejército Mario Pazmiño, existía una investigación reservada del Departamento Antidrogas de Estados Unidos sobre los contactos del capitán (sp) Telmo Castro y venía desde mucho tiempo atrás. “Eran las vinculaciones del cartel de Sinaloa con las actividades en Ecuador” que atrajeron mucho la atención, comenta.
Por eso cree que el señalamiento del embajador de Estados Unidos Michael Fitzpatrick al portal Primicias en donde habló de ‘narcogenerales’ debe referirse a eso. En un comunicado los ministerios de Defensa y Gobierno dijeron que a sus oficiales activos no se les ha retirado la visa y más bien pidieron información a EE. UU. para empezar a investigar.
Pazmiño es un analista y experto en seguridad. Por diversos medios él ya venía anunciando desde hace tiempo la penetración al Estado del crimen organizado. Menciona el ingreso al estamento gubernamental a través de campañas políticas que en Ecuador no se ha prestado atención. Habla de la penetración en estamentos de seguridad y cita: instituciones militares, policiales, aduanas, Aviación Civil, puertos y aeropuertos porque por esos sitios se controla y se autoriza la salida de mercancía. Añade que para los delincuentes es prioritario ese control.
Brayan Rodríguez, reclamado por narcotráfico en EE. UU., no se opuso a ser extraditado
Leer másFinalmente cita al sistema judicial. “Cada día se hace mucho más grave donde jueces y fiscales trabajan directamente para el crimen organizado transnacional”, acota.
Una muestra son las quejas de policías y militares por la liberación o no acusación en casos de drogas. El comandante de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE), Giovanny Espinel, señalaba en septiembre que “vemos cómo en menos de dos meses el piloto fue absuelto y está libre”, en un caso de una narcoavioneta capturada.
Pazmiño lamenta que en el país se espera que digan desde afuera la realidad para recién empezar a preocuparse cuando eso se advierte al Estado desde hace tiempo. Por ejemplo, la presencia de Sinaloa no es reciente. Tampoco se desveló con la detención de Brayan Rodríguez el 29 de noviembre pasado o con el caso del capitán Castro.
Entre 2002 y 2012 una veintena de uniformados fueron apresados por relaciones con el narcotráfico, entre ellos el coronel del Ejército José Pila o del coronel de Policía Galo Carrera, sindicados por narcotráfico.
El excomandante de la desaparecida Unidad de Investigaciones Especiales (UIES), Manuel Silva, fija en los años 96 o 97 el aparecimiento Sinaloa en el país. Detalla que los frentes del narcotráfico son: producción, transporte y acopio que se hace en Ecuador, el militar que tiene el sicariato y seguridad a los cargamentos y de lavado de activos. Dice que la estructura de Sinaloa tiene debajo a Choneros, Lobos, Tiguerones, Lagartos y se alimentan del dinero que les pagan las organizaciones por la ruta y la seguridad.
Pazmiño habla de los corredores de la droga: el Amazónico que incluye provincias bisagras por donde pasa la droga, el corredor del Pacífico que tiene cerca los sitios de acopio y almacenamiento y salen a los santuarios territoriales controladas por el crimen organizado. Cita Manabí, la zona 8, Santo Domingo, entre otros.