El sinuoso camino hacia una efectiva depuración de las organizaciones políticas
Están registradas 269 organizaciones y 10 más buscan su personería jurídica. 16 candidatos a la Presidencia en 2021 fueron un reflejo de la excesiva cantidad
En lugar de disminuir considerablemente, aparecen más queriendo participar. Las elecciones locales de 2019 y las presidenciales de 2021 dejaron claro que el Registro de Organizaciones Políticas cuenta con un gran número de partidos y movimientos políticos, sin que esto represente un plus o aliciente para la democracia. Y, como consecuencia de aquello, se registró una larga lista de candidatos provocando que, por ejemplo, alcaldes como Jorge Yunda en Quito (ahora atravesando un proceso de remoción) llegaran al cargo con un poco más del 21 % de los votos; y que 16 candidatos aspiraran a la Presidencia y que ahora no incidan en la política nacional.
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Leer másPese a ambas experiencias, más organizaciones políticas buscan su registro ante el Consejo Nacional Electoral para intentar engrosar la lista de 269 partidos y movimientos políticos legalmente reconocidos hasta enero de 2021. De acuerdo a datos proporcionados por la institución, actualmente 10 movimientos entre nacionales y locales buscan su personería jurídica.
La consejera electoral Elena Nájera califica como “terrible” el crecimiento del registro de organizaciones políticas que, a su criterio, no permite el fortalecimiento de la democracia y no contribuye a que exista una filosofía dentro de estas agrupaciones para que se fortalezcan. “Son empresas electorales que se forman para obtener un objetivo, una candidatura y, posteriormente, un fondo permanente o un financiamiento del Estado. Hemos visto también que se alquila a otros líderes que no tuvieron la oportunidad de seguir en su tienda política. Esto es nefasto para una democracia”, sentencia.
Este panorama es un denominador común en América Latina. Este tema nos lleva con urgencia a provocar una reforma. Yo estoy proponiendo una nueva Ley Electoral.
Si el diagnóstico de la autoridad electoral es así de contundente, ¿cuál es el camino para reducir el número de organizaciones políticas y llegar a una cifra ideal? A criterio del jurista, analista y consultor político César Luis Barthelotti, el Código de la Democracia debería ser reformado para que la existencia de las organizaciones políticas dependa solo de una condición: que estas superen una valla de votos en dos elecciones consecutivas y que sobre ese cálculo matemático no se admita recurso alguno. Y bajo la misma lógica opere la permanencia o no de los movimientos locales. “Con eso vas depurando con votos el registro electoral”.
No creo que hay un predisposición política, pero no es un camino sin retorno. Una reforma puede ser impulsada por la ciudadanía e incluso por el presidente Lasso en la consulta que quiera hacer.
La legislación actual permite la supervivencia de una agrupación política siempre que cumpla una de algunas condiciones, como un número mínimo de legisladores, alcaldes, concejales.
Pero este camino, como todos, tiene obstáculos. El experto considera que en la Asamblea Nacional, sobre cuya competencia recae la reforma de leyes, no existiría la predisposición política para este eventual cambio, por los cacicazgos locales a los que responden, a su criterio, algunos legisladores.
Una iniciativa (no como la que plantea Barthelotti, pero con el mismo fin) se ventila en el Legislativo y busca erradicar los partidos y movimientos de alquiler, o al menos eso dice su nombre. La planteó el ahora exlegislador Mariano Zambrano. Propone mantener la lista de requisitos de los cuales se debe cumplir al menos uno para mantenerse con vida jurídica, con la variación de que no deben cumplirlos en dos elecciones consecutivas, sino en una. Además, plantea incluir como motivo de extinción no concurrir a dos elecciones consecutivas, solos o en alianzas.
Esta iniciativa, como otras electorales, reposa en los cajones de la Comisión de Justicia de la Asamblea Nacional a la espera de su tratamiento.
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Leer másAquí otro muro en el camino a la depuración efectiva: el derecho a la participación. Quienes se alcen como defensores de la creación de más organizaciones políticas pueden esgrimir este derecho. “Hay que armonizar. El derecho a la participación no es abrir la puerta para que todos constituyan un partido o movimiento... El derecho a participar no puede ser una libertad convertida en un libertinaje”, comentó la consejera electoral.
Ninguno de los consultados se atreve a dar un número ideal de organizaciones políticas que debería tener el país. Todo depende de las reformas legales que no solo endurezcan los requisitos para la supervivencia de las organizaciones políticas, sino que fortalezcan a los partidos y movimientos políticos.