La Sociedad de Beneficencia de la Colonia China celebro su 111 aniversario
Durante la gala se desarrollaron actos artísticos y se degustaron platillos típicos.
El armonioso sonido de clásicos temas musicales, interpretados por un músico que utilizó una flauta de pan, dio la bienvenida a los integrantes de la Sociedad de Beneficencia de la Colonia China, en el restaurante Dinastía, en Urdesa.
El motivo del encuentro, que se desarrolló el pasado fin de semana, fue para ser partícipes de la sesión solemne por el 111 aniversario del gremio, el más antiguo de las agrupaciones de residentes asiáticos en el país.
La cónsul de la República Popular China en Guayaquil, Zhang Tao, se dirigió a los asistentes y destacó que el encuentro forma parte de las actividades culturales y de connivencia que se desarrollan entre las familias del pasado y del presente.
“Actualmente hay cuatro generaciones de los primeros migrantes chinos en Ecuador. En la última década hay generaciones, en su mayoría, de ecuatorianos. Esta es la importancia de promover más espacios con miras hacia el futuro”, precisó Tao, oriunda de Pekín.
Durante su intervención también hizo hincapié en que el 8 de enero de 2020 se cumplirán 40 años de relaciones diplomáticas entre Ecuador y la República Popular. Esta fecha será de “festejos entre los pueblo. Hay muchos motivos para celebrar”.
En tanto que el ingeniero José Wonsang, presidente de la Sociedad de Beneficencia de la Colonia China, se mostró agradecido con los asistentes y destacó los lazos de confraternidad establecidos entre las comunidades ecuatoriana y asiática.
“China es rojo y amarillo, es mandarín y cantonés, es felicidad y prosperidad, cinco estrellas, la fábrica del mundo (...)”.
La ceremonia también contó con la participación de Fu Ming Zhu, presidente de la Asociación 10 de Octubre; Beatriz Chang, presidenta de la Asociación de Profesionales de la Comunidad Chino-Ecuatoriana (Aprochec); y Genaro Pino Mora, expresidente de la Cámara de Comercio Ecuatoriano-China.
La música nacional también resonó en el amplio salón gracias a la actuación de dos músicos que, al compás de una guitarra acústica, cautivaron a los asistentes con pasillos y boleros. La gala finalizó con un brindis, sesiones de fotos y la degustación de platillos gastronómicos del ‘gigante’ asiático.
