ENTREVISTA GERENTE GE (13327954)
Servicio. Un grupo de pacientes recibiendo una sesión de quimioterapia en el hospital de Solca, de Guayaquil.FRANCISCO FLORES

Solca: El 50 % de los pacientes son propios o ‘institucionales’

La comunidad puede pedir una cita médica a través del call center o de modo presencial

El cáncer es una de las enfermedades ‘catastróficas’, calificadas así porque suponen un alto riesgo para la vida de la persona y porque su tratamiento es de un alto costo económico e impacto social. No obstante, la falta de recursos o de un seguro médico no impide que la comunidad en general pueda acceder a los servicios que presta el principal bastión en el país en el combate y prevención de este mal: los hospitales de la Sociedad de Lucha Contra el Cáncer (Solca).

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Así lo afirman la gerente general del hospital de Solca en Guayaquil, Hulda De la Torre; y el director médico de la institución, Guido Panchana, quienes afirman que el 50 % de los usuarios y pacientes locales son ‘institucionales’, es decir, que no provienen o no son derivados de otras casas de salud.

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“El paciente derivado viene porque ya fue atendido en el hospital que le corresponde, allí le detectan algo y lo derivan acá. El institucional no tiene a dónde ir, viene aquí porque tiene una sospecha, un dolor, una bolita” y solicita una cita médica, diferencia De la Torre.

Financiamiento de Solca

De los fondos que percibe Solca para su funcionamiento, que provienen de un impuesto a las operaciones de crédito, la entidad destina un monto para subsidiar a los pacientes que, como se ha indicado, no tienen el respaldo del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), del Ministerio de Salud Pública (MSP) o de algún otro seguro social o particular.

“A ese paciente institucional le damos una categoría dependiendo de cuál es su situación económica y se le da un porcentaje de exoneración. A nivel macro, a esos pacientes les damos el 83 % de exoneración. O sea, si su tratamiento en el proceso le cuesta 100, el 83 % es exonerado y pagaría la diferencia, que son 17”, ilustra De la Torre.

Panchana precisa que, en general, al hospital de Solca se puede ingresar de tres maneras: Primero, los pacientes que no cuentan con un seguro médico o un subsistema de salud de respaldo, solicitan una cita médica en el área de preadmisión, sea a través del call center o acudiendo de manera presencial.

El flujo de pacientes que recibe Solca

Otra es por transferencia. Un hospital público o privado les envía un paciente con diagnóstico de cáncer, pero con el proceso de transferencia, o sea, poniéndose previamente en contacto con Solca para confirmar la disponibilidad de espacio. Y la tercera es por Emergencia, cuando llega un paciente que está sangrando o tiene una obstrucción, un equipo médico lo evalúa y determina si es necesaria una admisión de emergencia.

“En este momento atendemos aproximadamente a 18.000 pacientes mensuales. El 50 % son institucionales”, reitera De la Torre. En ese universo de atenciones están incluidos los de consulta ambulatoria, como también los hospitalizados y los que reciben tratamientos.

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Entre estos últimos están los de radioterapia y quimioterapia, añade el director médico, al indicar que esos servicios están incluidos en la atención a los pacientes ‘institucionales’. Además, como hospital de cáncer, dispone de una farmacia oncológica en la que se le asigna el medicamento al paciente y luego lo maneja por cobro directo, por subsidio o por exoneración.

Parte de las limitaciones

En este rubro más bien hay una cierta limitación con los pacientes derivados del sistema público, sean del IESS o del Ministerio de Salud y el motivo es el siguiente: el país tiene un Cuadro Nacional de Medicamentos autorizados para su uso en el sistema público de salud, pero hay muchos de ellos que no están incluidos por falta de actualización de ese catálogo.

“Lo que está dentro del cuadro lo aplicamos con la indicación que nuestros especialistas recomiendan; y los que están fuera del cuadro solicitamos la autorización (al IESS o al MSP) para que nos autoricen a utilizarlo. Si lo autorizan los usamos y si no, no”, explica Panchana.

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