Solidaridad con Esmeraldas
Durante el año que está por terminar, la provincia de Esmeraldas ha sido fuertemente golpeada por todo género de sucesos. Para el Ecuador debe volver a ser la hora de la solidaridad plena, y una buena manifestación de la voluntad de cumplir ese noble propósito será visitarla en sus hermosas playas, aprovechando los días feriados que vienen.
Desde el siniestro de abril, que incidió fundamentalmente sobre Manabí, pero también destruyó infraestructura en la cuna de Vargas Torres y de Carlos Concha, hasta los diversos “descubrimientos” de grotescos casos de corrupción, seguidos recientemente por nuevos movimientos telúricos, si no fuese por la reconocida reciedumbre de sus habitantes, habría para pensar que difícilmente la “tierra siempre verde” superará su catastrófica situación.
Sin embargo, hay certeza de que así ocurrirá. Superados, en parte, los antiguos tiempos de la hegemonía de líderes locales que actuaban antes como viejos caciques que como mandatarios honestos, Esmeraldas había comenzado un importante despliegue de su desarrollo económico, sustentado fundamentalmente en la construcción de bienes destinados a las actividades recreativas y de sano esparcimiento de turistas nacionales y extranjeros que, efectivamente, muchos son los llegados de los países vecinos que se sienten atraídos por su belleza natural, la calidad de su gastronomía, lo asequible de sus costos y, sobre todo, la permanente y contagiosa alegría de su gente.
Siendo de lamentar que no siempre dicho esfuerzo de dotación urbana, para vivienda y hotelería, estuvo realizado en acuerdo con las normas técnicas requeridas para otorgarle seguridad, queda claro que lo que permanece en pie ha probado su capacidad de resistir y ello se la proporciona en plenitud.
Así, es bueno que la salida al merecido descanso tenga entre sus opciones privilegiadas para el venidero fin de semana, la posibilidad de escoger el tibio mar esmeraldeño como destino vacacional.
Por lo demás, cabe destacar la atención que a la nueva manifestación telúrica le han otorgado el Gobierno nacional y las autoridades locales que, pese a la crisis de la caja fiscal, han comprometido diverso tipo de acciones destinadas a paliar de algún modo las afectaciones de la población. Cabe igual comportamiento solidario y oportuno por parte de la ciudadanía.