Según la Organización Mundial de la Salud, hay 466 millones de personas con pérdida auditiva discapacitante.

La sordera y la psiquis

La salud mental y emocional se afectan más si se oye con normalidad y luego se pierde esta facultad. El acompañamiento psicológico es clave.

Causas genéticas, complicaciones en el parto, enfermedades infecciosas o crónicas del oído, el uso de ciertos fármacos, la exposición al ruido excesivo y el envejecimiento pueden provocar la privación de la capacidad de oír, informa la Organización Mundial de la Salud (OMS), entidad que afirma que en el planeta hay 466 millones de personas con pérdida auditiva discapacitante, el 5 % de la población total. Esta deficiencia puede ser leve, moderada, grave o profunda y afectar a uno o ambos oídos.

Según la condición de la persona (edad, diagnóstico, nivel social, etc.) se verá perjudicada su psiquis, explica Elizabeth Terranova Barrezueta, psicóloga educativa, catedrática universitaria y magíster en Educación Especial que se refiere a dos escenarios. El primero, quien ha nacido con deficiencia auditiva (hipoacusia), que fácilmente puede adaptarse a ese mundo sin sonidos, pues nunca escuchó. Para ello indica que una atención temprana, estimulación y el lenguaje de señas ayudan.

“Se puede detectar en el infante cuando habla poco, hay frecuentes afecciones en el oído, es distraído, no muestra emociones ante cualquier ruido. Por eso vaya al pediatra, que lo derivará si es necesario visitar al audiólogo y otorrinolaringólogo. Una vez diagnosticado, debe intervenir el psicólogo educativo y terapeuta de lenguaje, que trabajarán sus necesidades educativas especiales y llevarán el proceso a una debida inclusión”, dice Terranova.

El segundo caso: oír y luego dejar de hacerlo o reducirse esa aptitud. Este caso es más complejo, sobre todo por la limitación en la comunicación y reinicio de actividades.

“Dependiendo del diagnóstico, el individuo debe adaptarse a la nueva realidad y ayudarse con audífonos, implantes cocleares (dispositivo médico electrónico que sustituye la función del oído interno dañado), lectura de labios, el lenguaje de señas. Y comunicar la situación a familiares, amigos y compañeros de trabajo para que lo ayuden. Tomará tiempo, pero es posible”.

Proceso de duelo

Es esencial abordarlo psicológicamente. Quien sufre la deficiencia y su familia deben pasar por el duelo, que conlleva negación, ira, depresión y aceptación para asimilar lo acontecido y no presentar problemas sociales y emocionales, pues con frecuencia ellos se sienten solos, tienden al aislamiento y frustración. Por eso el amor y apoyo familiar junto al profesional son vitales. Y no los trate con lástima, eso haría más significativa la discapacidad. Trátelos respetando su condición, enfocándose en las habilidades que tiene y las que puede desarrollar.

Audífonos ayudan

La mano sobre la oreja busca amplificar sonidos. Mas la tecnología creó modelos analógicos y digitales con un sistema de amplificación no lineal: los sonidos suaves se intensifican, los fuertes poco o nada, según las necesidades, indica el doctor Luis A. Serrano, de Audio Centro.

Cifras:

- 1 de cada 10 personas padecerá de sordera en 2050.

- 1.100 millones de jóvenes (12-35 años) están en riesgo de sufrir esta pérdida por su exposición al ruido en contextos recreativos.